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Hechos 26:23 - Biblia Version Moderna (1929)

23 comprobando que el Mesías había de padecer, y que como el primero de la resurrección de entre los muertos, él había de proclamar luz al pueblo de Israel, y también a los gentiles.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 que el Mesías sufriría y que sería el primero en resucitar de los muertos, y de esta forma anunciaría la luz de Dios tanto a judíos como a gentiles por igual».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 que el Mesías tenía que morir; que sería el primero en resucitar de entre los muertos, y después anunciaría la luz tanto a su pueblo como a las demás naciones.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Que el Mesías había de padecer y que, siendo el primero en resucitar de los muertos, iba a proclamar luz tanto al pueblo como a los gentiles.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 que el Cristo habría de padecer, que sería el primero en resucitar de entre los muertos y que anunciaría la luz al pueblo y a las naciones'.

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Hechos 26:23
29 Tagairtí Cros  

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; ésta te quebrará la cabeza, y tú le quebrarás el calcañar.


Yo, Jehová, te he llamado en justicia, y tendré firmemente asida tu mano, y te guardaré; y te pondré por pacto del pueblo, y por luz de las naciones;


sí, él me ha dicho: Es cosa muy liviana que seas tú mi Siervo, a fin de que vuelvas a levantar las tribus de Jacob, y hagas volver los preservados de Israel; pues yo te pondré por luz de las naciones, para que alcance mi salvación hasta los fines de la tierra.


Derramaré también sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusalem, espíritu de gracia y de suplicación; y mirarán a mí, a quien traspasaron; y se lamentarán a causa del que hirieron, como quien se lamenta a causa de un hijo único, y estarán en amargura por él, como uno que está en angustia por su primogénito.


¡Despierta, oh espada, contra mi Pastor, y contra el Varón que es mi socio, dice Jehová de los Ejércitos! ¡hiere al Pastor, y serán dispersadas las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeñitos!


El Hijo del hombre se va en verdad, como está escrito de él; mas ¡ay de aquel hombre por quien es entregado el Hijo del hombre! bueno le fuera al tal hombre si nunca hubiera nacido.


y saliendo de los sepulcros y después de la resurrección de él, vinieron a la ciudad santa, y aparecieron a muchos.


luz para iluminación de las naciones, y gloria de tu pueblo Israel.


¿Acaso no era necesario que el Cristo padeciese estas cosas, y entrase en su gloria?


y les dijo: Así está escrito, y así era necesario que el Cristo padeciera, y que resucitase de entre los muertos al tercer día;


Nadie me la quita, sino que la pongo de mí mismo. Poder tengo para ponerla, y poder tengo para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.


Jesús le dice: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá;


Y en testimonio de que le levantó de entre los muertos, para nunca más volver a corrupción, ha dicho así:  Os daré las santas y seguras    bendiciones de David.


para abrirles los ojos, a fin de que se vuelvan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban remisión de pecados, y herencia entre los que son santificados mediante la fe en mí.


¿Por qué se estima cosa increíble para vosotros que Dios resucite a hombres muertos?


mas lo que Dios había antes anunciado por boca de los profetas, que había de padecer su Cristo, lo ha cumplido así.


Y asimismo todos los profetas, desde Samuel, y los que le sucedieron, cuantos han hablado, ellos también han anunciado estos días.


Porque os entregué ante todo, lo que yo también recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;


en los cuales el dios de este siglo ha cegado los entendimientos de los que no creen, para que no les amanezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.


Y él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia; de la cual él es el principio, el primogénito de entre los muertos; para que en todas las cosas él tenga la preeminencia.


Pues convenía a aquel para quien son todas las cosas, y por medio de quien son todas las cosas, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, hacer perfecto al autor de su salvación por medio de los padecimientos.


y de Jesucristo, que es el fiel testigo, el primogénito de entre los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra.  A Aquel que nos ama, y nos ha lavado de nuestros pecados en su misma sangre,


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