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Hechos 20:7 - Biblia Version Moderna (1929)

7 ¶Y el primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo les predicaba, habiendo de marchar al día siguiente, y alargó su discurso hasta la media noche.

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Biblia Reina Valera 1960

7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 El primer día de la semana, nos reunimos con los creyentes locales para participar de la Cena del Señor. Pablo les estaba predicando y, como iba a viajar el día siguiente, siguió hablando hasta la medianoche.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El primer día de la semana estábamos reunidos para la fracción del pan, y Pablo, que debía irse al día siguiente, comenzó a conversar con ellos. Pero su discurso se alargó hasta la medianoche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 En el primer día° de la semana,° reunidos para partir el pan,° Pablo les hablaba, disponiéndose a salir al día siguiente; y prolongó el mensaje hasta media noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Congregados el primer día de la semana para partir el pan, Pablo, que tenía la intención de marchar al día siguiente, se puso a hablarles, y alargó la plática hasta la media noche.

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Hechos 20:7
22 Tagairtí Cros  

y leyó en él delante de la plaza que está al frente de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el medio día, delante de los hombres y las mujeres y los niños que tenían inteligencia; y los oídos del pueblo estaban atentos al Libro de la Ley.


Luego levantándose en su puesto, leyeron en el Libro de la Ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y otra cuarta parte la pasaron haciendo confesión, y adorando a Jehová su Dios.


Mas habiendo resucitado Jesús, muy de mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado fuera siete demonios.


¶Y tomando un pan, después de haber dado gracias, lo partió, y se lo dió a ellos, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí.


Ellos entonces contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo él fué conocido de ellos, en el acto de partir el pan.


EL PRIMER día de la semana viene María Magdalena temprano, estando aún obscuro, al sepulcro, y vió la piedra quitada del sepulcro.


¶Entonces cuando fué la tarde, de aquel mismo día, el primero de la semana, y estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban juntos los discípulos, por temor de los judíos, vino Jesús, y se estuvo de pie en medio de ellos, y les dice: Paz a vosotros.


¶Y después de ocho días sus discípulos estaban otra vez dentro, y Tomás con ellos. Viene Jesús, estando cerradas las puertas, y se estuvo en medio de ellos, y dijo: Paz a vosotros.


Y cuando él hubo visto la visión, en el acto procuramos partir para Macedonia; coligiendo que Dios nos había llamado a predicar el evangelio a los de allí.


Y continuaban perseverando todos en la enseñanza de los apóstoles, y en la comunión unos con otros, en el partir el pan, y en las oraciones.


Y de día en día asistían constantemente en el Templo; y partiendo el pan en casa, tomaban el alimento con alegría y con sencillez de corazón,


Luego volvió a subir, y partiendo el pan, comió, y habló largamente, hasta el amanecer; y así se marchó.


Por lo cual velad, acordándoos que por espacio de tres años no cesé de amonestar a cada uno día y noche con lágrimas.


Mas éstos, habiéndose adelantado, nos estaban esperando en Troas.


Y cierto joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo; y vencido del sueño, entretanto que Pablo discurría con mucha extensión, cayó del tercer piso abajo, y fué alzado muerto.


¶Y habiéndole señalado un día, vinieron a él en gran número, a su alojamiento; a los cuales expuso la materia, testificando ardorosamente respecto del reino de Dios, y persuadiéndoles respecto de Jesucristo, sacando sus pruebas así de la Ley de Moisés como de los Profetas, desde por la mañana hasta la tarde.


La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?


Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fué dada, no fué en vano; antes bien he trabajado más abundantemente que todos ellos; mas no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo.


El primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, para guardarlo, según haya prosperado, para que cuando yo vaya, no haya que hacer entonces las colectas.


que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; reprende, censura, exhorta, con toda longanimidad y paciente enseñanza.


Yo estaba en el Espíritu, un día del Señor, y oí detrás de mí una voz, como si fuese de trompeta,


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