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Hechos 2:46 - Biblia Version Moderna (1929)

46 Y de día en día asistían constantemente en el Templo; y partiendo el pan en casa, tomaban el alimento con alegría y con sencillez de corazón,

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Biblia Reina Valera 1960

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

46 Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

46 Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

46 Y perseverando unánimes cada día en el templo y partiendo el pan de casa en casa, compartían el alimento con alegría y sencillez de corazón,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

46 Acudían diariamente al templo con perseverancia y animados por un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón;

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Hechos 2:46
25 Tagairtí Cros  

Les dijo también: ¡Id, comed carnes gordas, y bebed vinos sabrosos; y enviad porciones a aquellos para quienes nadie ha hecho provisión! porque este día es santo a nuestro Señor; no os aflijáis pues; porque el gozo de Jehová os da esfuerzo.


Enséñame tu camino, oh Jehová; andaré en tu verdad; aúna los sentimientos de mi corazón para temer tu nombre.


¶Véte pues; come tu pan con regocijo, y bebe tu vino con alegre corazón: puesto que ya ha mucho que Dios se complace en tus obras.


La lumbrera del cuerpo es el ojo; si, pues, tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo estará lleno de luz;


Antes más bien dad limosna de lo que tenéis; y he aquí que todas las cosas os son limpias.


Y aconteció que, estando él sentado a comer con ellos, tomó el pan, y lo bendijo; y partiéndolo, se lo dió.


y estaban de continuo en el Templo, alabando y bendiciendo a Dios.


Y los condujo arriba a la casa, y puso delante de ellos de comer, y se regocijaba grandemente, con toda su casa, habiendo creído en Dios.


Y continuaban perseverando todos en la enseñanza de los apóstoles, y en la comunión unos con otros, en el partir el pan, y en las oraciones.


¶Y el primer día de la semana, cuando nos reunimos para partir el pan, Pablo les predicaba, habiendo de marchar al día siguiente, y alargó su discurso hasta la media noche.


PEDRO y Juan subían un día al Templo, a la hora de la oración, que era la de nona.


Oyendo pues esto, ellos entraron en el Templo, al despuntar el alba, y enseñaban. Entretanto, viniendo el sumo sacerdote y los que obraban de acuerdo con él, convocaron el Sinedrio, y todo el senado de los hijos de Israel; y enviaron a la prisión para hacerlos traer.


Y todos los días en el Templo y por las casas, no cesaban de enseñar, y de proclamar la buena nueva de que Jesús era el Mesías.


el que exhorta, en exhortación; el que da, dé con sencillez; el que gobierna, hágalo con solicitud; el que usa de misericordia, con alegría.


La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?


¶Porque nuestro regocijo es esto: El testimonio de nuestra conciencia, que con santidad, y con sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino por la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mayormente para con vosotros.


Pero témome, no sea que, como la serpiente engañó a Eva con su sutileza, así también vuestras mentes sean corrompidas, y se aparten de la  sencillez y pureza que es en Cristo.


¶Siervos, sed obedientes a los que, según la carne, son vuestros amos, con temor y temblor, en sencillez de vuestro corazón, como a Cristo:


y os regocijaréis allí delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el levita que habita dentro de vuestras puertas; pues él no tiene parte ni herencia entre vosotros.


y los comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios; y os regocijaréis vosotros y vuestras familias en toda empresa de vuestra mano, en que os habrá bendecido Jehová vuestro Dios.


Y te regocijarás delante de Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita que reside dentro de tus puertas, juntamente con el extranjero y el huérfano y la viuda que habitan en medio de ti, en el lugar que escogiere Jehová tu Dios, para hacer que habite allí su nombre.


Siervos, obedeced en todo a los que según la carne son vuestros amos; no obedeciendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo al Señor:


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