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Hechos 2:24 - Biblia Version Moderna (1929)

24 a quien Dios resucitó, habiendo suelto los dolores de la muerte, por cuanto no era posible que fuese él sujetado por ella.

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Biblia Reina Valera 1960

24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Pero Dios lo libró de los dolores de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 al cual Dios levantó,° sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuera retenido por ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero Dios lo resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, pues no era posible que la muerte lo retuviera en su poder.

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Hechos 2:24
45 Tagairtí Cros  

¡Ah Jehová! te lo ruego, porque yo soy tu siervo; siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; tú has roto mis prisiones.


Pero él no tiene tal intento, ni lo piensa así su corazón; sino que en su corazón está el propósito de destruir y de exterminar naciones no pocas.


¡Tragado ha a la muerte para siempre; y Jehová el Señor enjugará las lágrimas de sobre todas las caras, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra! porque Jehová así lo ha dicho.


¡Vivirán tus muertos; los cadáveres de mi pueblo se levantarán! ¡Despertad y cantad, vosotros que moráis en el polvo! porque como el rocío de hierbas es tu rocío, y la tierra echará fuera los muertos.


Esto no obstante, Jehová quiso quebrantarle; le ha afligido: cuando hiciere su vida ofrenda por el pecado, verá linaje, prolongará sus días, y el placer de Jehová prosperará en su mano.


¡Del poder del sepulcro yo los rescataré, de la muerte los redimiré! ¿dónde están tus plagas, oh muerte? ¿dónde está tu destrucción, oh sepulcro? Cambio de propósito será escondido de mi vista.


diciendo:  Señor, nos acordamos que aquel impostor dijo mientras vivía aún:  Después de tres días resucitaré.


Nadie me la quita, sino que la pongo de mí mismo. Poder tengo para ponerla, y poder tengo para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.


Si llama dioses a aquellos a quienes llegó la palabra de Dios (y la Escritura no puede faltar),


Por esto ellos no podían creer; pues que otra vez dijo Isaías:


porque no conocían todavía la Escritura, que era necesario que él resucitase de entre los muertos.


Varones hermanos: era necesario que se cumpliese la Escritura, que el Espíritu Santo habló de antemano, por boca de David, acerca de Judas, que fué guía de los que prendieron a Jesús.


Mas Dios le resucitó de entre los muertos:


pero Aquél a quien Dios resucitó no vió corrupción.


por cuanto él ha determinado un día en que juzgará al mundo con justicia por un varón a quien él ha designado; de lo cual ha dado certeza a todos los hombres, levantándole de entre los muertos.


A este Jesús le ha resucitado Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.


y disteis muerte al Autor de la vida; a quien Dios ha resucitado de entre los muertos: de lo cual nosotros somos testigos.


A vosotros primero, habiendo resucitado Dios a su siervo Jesús, le ha enviado para bendeciros, apartando a cada uno de vosotros de sus iniquidades.


sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis, a quien Dios resucitó de entre los muertos, y por la virtud de él mismo, éste se presenta aquí delante de vosotros sano.


El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero.


Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo:


Pues por esto mismo Cristo murió y tornó a vivir, para que fuese Señor así de muertos como de vivos.


sino por la nuestra también, a quienes será contada; a nosotros que creemos en Aquel que levantó a Jesús, Señor nuestro, de entre los muertos;


Fuimos pues sepultados con él, por medio del bautismo a la muerte: para que, de la manera que Cristo fué resucitado de entre los muertos, por el glorioso poder del Padre, así también nosotros anduviésemos en la virtud de una vida nueva.


Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales, por medio de su Espíritu que habita en vosotros.


¿quién es el que condena? ¡Cristo Jesús es el que murió; más aún, el que fué levantado de entre los muertos; el que está a la diestra de Dios; el que también intercede por nosotros!


¶Mas si se predica a Cristo como resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?


Más aún, nosotros somos hallados testigos falsos respecto de Dios; por haber testificado respecto de Dios que  resucitó al Cristo; a quien no resucitó, si es así que los muertos no resucitan.


¶Empero es el caso que Cristo ha sido resucitado de entre los muertos, siendo él primicias de los que durmieron.


y que fué sepultado; y que fué resucitado al tercer día, conforme a las Escrituras;


y Dios no sólo resucitó al Señor Jesús, sino que nos resucitará a nosotros también por medio de su poder.


sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, nos resucitará también a nosotros por medio de Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.


PABLO, apóstol (no de parte de los hombres, ni por medio de hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos),


que obró en Cristo, cuando le levantó de entre los muertos, y le sentó a su diestra en las regiones celestiales,


habiendo sido sepultados con él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados con él, por medio de la fe en la operación de Dios, que le resucitó de entre los muertos.


y para esperar a su Hijo, cuando venga de los cielos, a quien él resucitó de entre los muertos; es a saber, a Jesús, que nos liberta de la ira venidera.


¶Y el Dios de paz, el cual, en virtud de la sangre del pacto eterno, volvió a traer de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, es decir, a nuestro Señor Jesús,


Así que, por cuanto los hijos participan en común de carne y sangre, él también de la misma manera tomó parte en ellas, para que, por medio de la muerte, destruyese a aquel que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo,


a causa de vosotros, que por medio de él sois ahora creyentes en Dios, el cual le resucitó de entre los muertos y le dió gloria, para que vuestra fe y esperanza fuesen en Dios.


Yo soy el Viviente; y yo estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos; y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro.


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