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Hechos 10:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 y vió el cielo abierto, y descendiendo cierto receptáculo, como si fuese un gran lienzo, que pendiente de sus cuatro puntas, bajaba a la tierra:

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Biblia Reina Valera 1960

11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Vio los cielos abiertos y algo parecido a una sábana grande que bajaba por sus cuatro puntas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 vio el cielo abierto y algo que descendía del cielo: era como una tienda de campaña grande, cuyas cuatro puntas venían a posarse sobre el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Observa que el cielo se abre y que desciende un objeto, como un gran lienzo, que es descolgado a la tierra por° las cuatro puntas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 y vio el cielo abierto, y que descendía una especie de recipiente a modo de mantel grande, que era bajado por sus cuatro puntas a la tierra.

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Hechos 10:11
28 Tagairtí Cros  

No se apartará de Judá el cetro, ni la vara de gobernador de entre sus pies, hasta que venga el Pacificador: y a Él será tributada la obediencia de las naciones.


diré al Norte: ¡Da acá! y al Sur: ¡No detengas! ¡Traed a mis hijos de lejos, y a mis hijas desde los fines de la tierra!


Así dice Jehová el Señor, el que recoge los dispersos de Israel. Juntaré a él otros todavía, además de los suyos que están ya recogidos.


Y ACONTECIÓ que a los treinta años (de edad), en el mes cuarto, al cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos, junto al río Kebar, fueron abiertos los cielos, y tuve visiones de Dios.


Y yo os digo que muchos vendrán del Oriente, y del Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham e Isaac y Jacob, en el reino de los cielos:


¶Y aconteció que cuando fué bautizado todo el pueblo, y siendo Jesús también bautizado, y estando orando, abrióse el cielo,


Y le dice: En verdad, en verdad os digo, que en adelante veréis abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.


y no sólo por la nación, sino para que juntase en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.


Y yo, si fuere levantado en alto de sobre la tierra, a todos los atraeré a mí mismo.


en el cual había toda clase de animales cuadrúpedos, y de reptiles de la tierra, y de aves del cielo.


Estaba yo en la ciudad de Joppe orando; y ví en éxtasis una visión, a saber, que descendía cierto receptáculo, como si fuese un gran lienzo, descolgado del cielo por las cuatro puntas; y vino hasta mí.


y dijo: He aquí, yo veo abiertos los cielos, y al Hijo del hombre, puesto en pie, a la diestra de Dios.


Pues no me avergüenzo del evangelio; porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree, primeramente al judío, y también al griego.


los cuales son israelitas, de quienes son la adopción, y la gloria, y los pactos, y la promulgación de la ley, y el culto verdadero, y las promesas;


Nosotros, siendo judíos por naturaleza, y no pecadores de los gentiles,


En él no hay judío ni griego, no hay siervo ni libre, no hay varón ni hembra; porque todos vosotros sois uno mismo en Cristo Jesús.


(con relación a la administración del cumplimiento de los tiempos,) de resumir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están sobre la tierra; en él, digo,


es a saber, que los gentiles hubiesen de ser coherederos, y miembros de un mismo cuerpo con los judíos, y copartícipes de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del evangelio;


donde no puede haber tales distinciones como griego y judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, o libre; sino que Cristo es todo y en todos.


¶Y fué abierto el templo de Dios en el cielo, y fué vista en su templo el arca de su pacto: y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande pedrisco.


¶Y ví el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y aquel que estaba sentado sobre él se llamaba Fiel y Verdadero; y en justicia juzga y hace guerra.


DESPUÉS de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo, y la primera voz que oí, voz como de trompeta, fué de uno que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá; y te mostraré las cosas que han de suceder después de éstas.


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