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Hebreos 1:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Del Hijo empero se dice así: ¡Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos; y un cetro de rectitud es el cetro de tu reino!

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Biblia Reina Valera 1960

8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Pero al Hijo le dice: «Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Al Hijo, en cambio, se le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siglos y siglos, y tu gobierno es gobierno de justicia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero respecto al Hijo: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos;° Cetro de equidad es el cetro de tu Reino;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Y en cambio, respecto del Hijo: Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; y tu cetro real es un cetro justiciero.

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Hebreos 1:8
33 Tagairtí Cros  

Dijo el Dios de Israel, me habló la Roca de Israel, diciendo: El que gobierna entre los hombres debe ser justo, gobernando en el temor de Dios.


Tu reino es reino de todos los siglos, y tu dominio dura de generación en generación.


En sus días florecerán los justos, y habrá abundancia de paz hasta que no haya luna.


Y el poder del Rey es afecto a la justicia: tú has establecido la rectitud; tú has hecho juicio y justicia en Jacob.


¡En Jehová serán justificados y se gloriarán todos los que son de la simiente de Israel!


Por tanto el Señor mismo os dará una señal: He aquí una virgen que concibe y da a luz un hijo, y le da el nombre de EMMANUEL.


Y dijo Jeremías a Sedequías: Si te lo declarare, ¿no es cierto que me harás morir? y si te diere consejo, tú no me escucharás.


Pero usaré de misericordia para con la casa de Judá, y la salvaré por medio de Jehová su Dios; mas no la salvaré con espada, ni con arco, ni con batalla, ni con caballos, ni con caballería.


Y traeré esta tercera parte por el fuego, y los acrisolaré como se acrisola la plata, y los probaré como se prueba el oro; ella clamará a mí, y yo le responderé: diré: ¡Pueblo mío es! y ella dirá: ¡Jehová es mi Dios!


¡Regocíjate en gran manera, oh hija de Sión! ¡rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a tí tu rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna.


HE aquí pues que voy a enviar mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y repentinamente vendrá a su Templo el Señor a quien buscáis; es decir, el Ángel del Pacto, en quien os deleitéis; he aquí que vendrá, dice Jehová de los Ejércitos.


He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y será llamado Emmanuel; que, traducido, quiere decir: Dios con nosotros.


en santidad y justicia, delante de él, todos nuestros días.


Los judíos le respondieron: Por obra buena no te apedreamos, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.


Respondió Tomás, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!


de quienes son los padres, y procedente de quienes, según la carne, vino el Cristo; ¡el cual es sobre todos, Dios bendito para siempre!


Porque es menester que él reine, hasta que ponga a sus enemigos debajo de sus pies.


tan solo a la tierra de los hijos de Ammón no te acercaste, ni a banda alguna del torrente de Jaboc; ni a las ciudades de la serranía, ni a ninguna parte que Jehová nuestro Dios nos tenía vedada.


Bendito serás más que todos los pueblos: no habrá varón ni hembra estéril en medio de ti, ni habrá tal entre tus bestias.


Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.


pues que de esta manera se os suministrará, con rica abundancia, la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


Sabemos empero que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos a aquel que es verdadero; y nosotros estamos en el que es verdadero, es decir, en su Hijo Jesucristo.  Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.


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