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Habacuc 3:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 ¡Se para y mide la tierra! ¡echa una mirada, y hace estremecer a las naciones! se esparcen también como polvo las montañas sempiternas, se hunden los collados eternos; ¡suyos son los senderos de las eternidad!

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Biblia Reina Valera 1960

6 Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Cuando él se detiene, la tierra se estremece. Cuando mira, las naciones tiemblan. Él derrumba las montañas perpetuas y arrasa las antiguas colinas. ¡Él es el Eterno!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Se detiene, y la tierra se estremece, mira, y se sobresaltan las naciones; las montañas eternas se desploman, las colinas antiguas se derriten ¡Yavé sale como en tiempos pasados!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Se detiene y mide la tierra, Lanza una mirada, Y hace estremecer a las naciones. Las montañas antiguas se desmoronan, Se hunden los montes de antaño, Pero sus sendas son sendas eternas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Cuando se levanta la tierra se estremece; cuando mira se sobresaltan las naciones, se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, sus caminos de siempre.

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Habacuc 3:6
35 Tagairtí Cros  

con las bendiciones de tu padre que superan a las bendiciones de las montañas antiquísimas, los codiciados tesoros de los collados eternos: ¡vengan éstas sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del nazareo, separado de entre sus hermanos!


¡Cuán raras veces vienen a ser como hojarasca delante del viento, o como el tamo que arrebata el torbellino!


contra aquel que remueve las montañas, antes que sepan quien las trastorna en su ira:


Empero la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen; y su justicia alcanza a los hijos de los hijos;


el cual mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.


¡Sean como el tamo delante del viento, y el Ángel de Jehová quien los acose!


¿Por qué, oh montañas escarpadas, estáis mirando de reojo al Monte que Dios escogió como morada para sí? ciertamente Jehová habitará en él para siempre.


¡Antes que naciesen las montañas, o tú produjeras la tierra y el mundo, y desde la eternidad hasta la eternidad, tú eres Dios!


¡Montañas se derriten como cera delante de Jehová, delante del Señor de toda la tierra!


Oyeron los pueblos; temblarán; ¡dolores se apoderaron de los habitantes de Palestina!


Entonces fueron turbados los caudillos de Edom; los valientes de Moab, estremecimiento se apoderará de ellos: derretirse han todos los moradores de Canaán.


Los harás entrar y los plantarás en el monte de tu herencia; lugar que preparaste para tu misma habitación, oh Jehová; Santuario, Señor, que establecieron tus manos.


Y el monte Sinaí estaba humeando todo él, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y subía su humo como humo de un horno; y todo el monte temblaba en gran manera.


Sea que haya acorneado a hijo, sea que haya acorneado a hija, conforme a esta sentencia se hará con él.


¡Alzad vuestros ojos hacia los cielos y contemplad la tierra acá abajo! porque los cielos se desvanecerán como el humo, y la tierra, como un vestido, se gastará, y los que la habitan morirán de igual manera: pero mi salvación durará para siempre, y mi justicia nunca será abolida.


porque como a un vestido, los consumirá la polilla, y, como a lana, los consumirá el gusano; mas mi justicia durará para siempre, y mi salvación de siglo en siglo.


También el residuo de Jacob estará entre las naciones, y en medio de muchos pueblos, como león entre las bestias de la selva, como leoncillo entre los rebaños de ovejas; el cual si pasare por ellas, las huella, y despedaza, y no hay quien las libre.


Las montañas se estremecen delante de él, y los collados se derriten; asimismo la tierra se conmueve ante su presencia, el mundo también, y cuantos habitan en él.


¿No eres tú desde la eternidad, oh Jehová mi Dios, el Santo mío? nosotros pues no moriremos. ¡Oh Jehová, para juicio has señalado tú este azote, y tú, oh Roca nuestra, le has establecido para la corrección!


¡Te ven las montañas, y se retuercen en angustia, pasa una inundación de aguas: el abismo da su voz levanta en alto sus manos.


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


Y su misericordia es de generación en generación sobre los que le temen.


e hizo de una misma sangre todas las naciones de los hombres, para habitar sobre toda la haz de la tierra, fijando sus tiempos señalados, y los términos de su habitación;


que en repartiendo el Altísimo herencia a las naciones, cuando hizo separarse a los hijos de Adam, iba fijando los límites de los pueblos conforme al número de los hijos de Israel.


y en lo más rico de las montañas sempiternas, y en los más preciosos tesoros de los collados eternos;


¶Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y para siempre jamás.


De manera que a todos estos reyes con sus tierras Josué los tomó de una vez; porque Jehová, el Dios de Israel, peleaba por Israel.


¡Temblaron las montañas a la presencia de Jehová, aquel Sinaí mismo, a la presencia de Jehová, el Dios de Israel!


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