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Habacuc 1:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 Pues he aquí que voy a levantar a los Caldeos, nación despiadada y presurosa; la cual andará por la anchura de la tierra, para posesionarse de moradas que no son suyas.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Estoy levantando a los babilonios, un pueblo cruel y violento. Marcharán por todo el mundo y conquistarán otras tierras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Pues ahora empujo a los caldeos, pueblo terrible y arrollador, que recorre enormes distancias para apoderarse de países ajenos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 He aquí levanto a los caldeos, pueblo cruel e impetuoso que marcha por la anchura de la tierra conquistando poblaciones ajenas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Mirad: yo suscito a los caldeos, pueblo violento e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para conquistar moradas ajenas.

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Habacuc 1:6
24 Tagairtí Cros  

EN sus días subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joaquim fué siervo suyo por tres años; después de lo cual se volvió y rebelóse contra él.


Y envió Jehová contra él tropas de los Caldeos, y tropas de los Siros, y tropas de los Moabitas, y tropas de los hijos de Ammón; las cuales él envió contra Judá para destruirle, conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por conducto de sus siervos los profetas.


Por lo cual él trajo contra ellos al rey de los Caldeos, que mató a espada sus guerreros escogidos en la Casa de su Santuario; y no tuvo compasión del mancebo ni de la virgen, del anciano ni de la cabeza cana; a todos los entregó Dios en su mano.


Contra éste subió Nabucodonosor rey de Babilonia, y le puso en grillos para hacerle ir a Babilonia.


¡He aquí la tierra de los Caldeos! (este pueblo poco ha no existía; Asiria lo fundó para los habitantes del desierto); los cuales levantaron sus torres, y derribaron los palacios de ella: este pueblo pues la ha puesto en ruinas.


¡Alza tus ojos, oh Jerusalem, y ve quiénes son estos que vienen de la parte del norte! ¿dónde está la grey que te fué dada, tu hermoso rebaño?


Así dice Jehová, el Dios de Israel: He aquí que volveré atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con que peleáis contra el rey de Babilonia y los Caldeos, los cuales os tienen cercados por fuera del muro; y a ellos los reuniré en medio de esta ciudad.


Y después de esto, dice Jehová, entregaré a Sedequías rey de Judá, y a sus siervos y al pueblo, (es decir, a los que en esta ciudad fueren dejados de la peste y de la espada y del hambre), en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los demás enemigos de ellos, y en mano de los que buscan su vida; y él los herirá a filo de espada: no los perdonará, ni tendrá piedad, ni usará de compasión.


he aquí que enviaré y tomaré a todas las familias del Norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, siervo mío, y los traeré contra este país y contra todos sus habitantes, y contra todas las naciones de al derredor; a las que destruiré del todo, y las convertiré en asombro y en silbido y en desolaciones perpetuas.


porque así dice Jehová: Hemos oído el ruido de un terror pánico; hay alarma, y no paz alguna.


En ese tiempo será dicho a este pueblo y a Jerusalem: Viene un viento abrasador de los cerros pelados del desierto, con dirección a la hija de mi pueblo; no para aventar, ni para limpiar;


¡Alzad bandera con dirección a Sión; huid por salvaros; no os detengáis! porque voy a traer un mal desde el norte, y gran destrucción.


Por tanto ceñíos de saco, lamentaos y aullad; porque no se aparta de nosotros la ardiente ira de Jehová.


He aquí que voy a traer contra vosotros una nación de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; nación poderosa, nación antiquísima es; nación cuya lengua tú no conoces, ni entiendes lo que dicen.


Por tanto daré sus mujeres a otros, y sus campos a los que los han de poseer; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno de ellos es dado a ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.


Y ellos harán subir contra ti un concurso de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas.


Y derramaré sobre ti mi indignación; y con el fuego de mi ira soplaré contra ti; y te entregaré en manos de hombres brutales, hábiles para matar.


por tanto, he aquí que voy a traer contra ti extraños, los terribles de las naciones; y ellos desenvainarán sus espadas contra tu hermosa sabiduría, y profanarán tu esplendor.


Y le cortan extraños, los terribles de las naciones, y le dejan tendido: sobre las montañas y en todos los valles caen sus ramas, y sus ramos quedan rotos, junto a todos los arroyos de la tierra; también todos los pueblos de la tierra se han retirado de su sombra, y lo han abandonado.


Delante de ellos devora un fuego, y tras de ellos abrasa la llama. ¡como el jardín de Edén está la tierra delante de ellos, y tras de ellos, un desierto, una desolación! pues en verdad no hay cosa que se les escape.


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