Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Gálatas 4:19 - Biblia Version Moderna (1929)

19 Hijitos míos, por quienes estoy otra vez en dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

19 ¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Hijitos míos, de nuevo sufro por ustedes dolores de alumbramiento, hasta que Cristo haya tomado forma en ustedes.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

19 Hijos míos, por quienes sufro otra vez dolores de parto, hasta que el Mesías sea formado en vosotros.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Hijos míos, a quienes de nuevo estoy dando a luz con dolor, hasta que Cristo sea formado en vosotros.

Féach an chaibidil Cóip




Gálatas 4:19
28 Tagairtí Cros  

Verá el fruto del trabajo de su alma, y quedará satisfecho: con su ciencia mi justo Siervo justificará a muchos; pues que él mismo cargará con sus iniquidades.


Y estando en agonía, oraba con mayor fervor: y su sudor vino a ser como grandes gotas de sangre engrumecida, que caían sobre la tierra.


sino antes, revestíos del Señor Jesucristo, y no pongáis vuestro cuidado en satisfacer las concupiscencias de la carne.


Porque a los que conoció en su presciencia, los predestinó también para ser conformados a la imagen de su Hijo; para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.


¶He aquí, esta es la tercera vez que estoy preparado para ir a vosotros; y no voy a seros carga: porque no busco lo vuestro, sino a vosotros; pues no deben los hijos atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.


hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado del hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo:


y que os revistáis del hombre nuevo, el cual, según la imagen de Dios, es creado en justicia y santidad verdadera.


Porque testigo me es Dios de cuan ardiente afecto os tengo a todos vosotros en el entrañable amor de Cristo Jesús.


Mas aunque fuere derramada mi sangre, como libación, sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me alegro y me regocijo con todos vosotros;


Tened dentro de vosotros este ánimo que estaba también en Cristo:


a quienes Dios ha deseado dar a conocer cuál sea la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, el cual es CRISTO EN VOSOTROS, LA ESPERANZA DE LA GLORIA:


PORQUE quiero que sepáis cuan grande conflicto tengo a causa de vosotros y de los de Laodicea, y para cuantos no han visto mi rostro en la carne;


y os habéis revestido del hombre nuevo, el cual se va renovando en ciencia, según la imagen de Aquel que le creó:


Os saluda Epafras, que es uno de vosotros, siervo de Cristo, el cual se esfuerza siempre a favor vuestro, en sus oraciones, para que estéis firmes, siendo perfectos, y plenamente asegurados en toda la voluntad de Dios.


Al contrario, éramos mansos en medio de vosotros, como cuando una nodriza acaricia a sus propios hijos:


a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre, y de Cristo Jesús nuestro Señor.


a Tito, verdadero hijo mío, conforme a nuestra común fe: Gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador.


ruégote por mi hijo, a quien he engendrado en mis prisiones — mí hijo Onésimo;


yo Pablo lo he escrito con mi propia mano; yo te lo volveré a pagar: por no decirte que tú, además de esto, a ti mismo te me debes a mí.


El cual Jesús, en los días de su carne, ofreció oraciones y también súplicas, con vehemente clamor y lágrimas, a aquel que era poderoso para librarle de la muerte; y fué oído y librado de su temor.


De su propia voluntad él nos engendró, con la palabra de verdad, para que seamos nosotros, en cierto sentido, las primicias de sus criaturas.


HIJITOS míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis. Y si alguno pecare, abogado tenemos para con el Padre, a saber, a Jesucristo el justo;


¶OS escribo a vosotros, hijitos míos, por cuanto vuestros pecados os son perdonados a causa de su nombre.


Hijitos míos, guardaos de los ídolos.


No tengo mayor gozo que éste: el oír que mis hijos andan en la verdad.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí