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Filipenses 3:9 - Biblia Version Moderna (1929)

9 y sea hallado en él, no teniendo una justicia que sea mía propia, la cual es por la ley, sino la que es por medio de la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios sobre la fe:

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Biblia Reina Valera 1960

9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo. Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Y quiero encontrarme en él, no teniendo ya esa rectitud que pretende la Ley, sino aquella que es fruto de la fe de Cristo, quiero decir, la reordenación que Dios realiza a raíz de la fe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que procede de la ley, sino la que es mediante la fe del Mesías, la justicia que procede de Dios basada en la fe,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 y ser hallado en él, no por retener una justicia mía -la que proviene de la ley-, sino la justicia por la fe en Cristo, la que proviene de Dios y está basada en la fe,

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Filipenses 3:9
56 Tagairtí Cros  

Y fué raído todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, hasta el reptil y hasta el ave de los cielos; y así fueron raídos de la tierra; y fueron dejados solamente Noé y los que con él estaban en el arca.


¶Cuando pecaren contra ti (pues  no hay hombre que no peque), y tú te airares contra ellos, y los entregares en poder de sus enemigos, de modo que éstos los llevaren cautivos a la tierra del enemigo, sea lejos o cerca;


Pero Ezequías no correspondió al bien que se le había hecho; pues se ensoberbeció su corazón; y así estalló la ira contra él, y contra Judá y Jerusalem.


¶Sin embargo, en el asunto de los embajadores de los príncipes de Babilonia, que le fueron enviados para investigar la señal maravillosa que fue hecha en el país, Dios le dejó para probarle, para ver todo lo que había en su corazón.


¡Todos han apostatado, a una se han corrompido: no hay quien haga bien, no hay ni siquiera uno!


¡y no entres en juicio con tu siervo; porque ningún viviente podrá ser justo delante de ti!


¶ ¿Quién podrá entender sus propios errores? límpiame de los pecados encubiertos.


Ciertamente no hay en la tierra hombre justo que haga bien y no peque.


Yo hago acercar mi justicia, no estaré lejos, y mi salvación no tardará; pondré la salud en Sión para Israel mi gloria.


Verá el fruto del trabajo de su alma, y quedará satisfecho: con su ciencia mi justo Siervo justificará a muchos; pues que él mismo cargará con sus iniquidades.


Nosotros todos, como ovejas, nos hemos extraviado; nos hemos apartado cada cual por su propio camino; y Jehová cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros.


Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.


En sus días Judá será salvo, e Israel habitará seguro; y éste es su nombre con el cual será apellidado: JEHOVA, JUSTICIA NUESTRA.


En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalem habitará segura; y así será llamada ella: Jehová, justicia nuestra.


Setenta semanas están determinadas en cuanto a tu pueblo, y en cuanto a tu santa ciudad, para acabar con la transgresión, para poner fin a los pecados, y para hacer expiación de la iniquidad, para introducir la justicia perdurable, y para poner sello a la visión y la profecía, y para ungir al Santo de los santos.


Id, pues, y aprended qué significa esto: Deseo la misericordia, y no el sacrificio; porque no vine a llamar justos, sino pecadores.


Porque en él se revela una justicia divina, de fe en fe; según está escrito: El justo vivirá por la fe.


porque con el corazón se cree para alcanzar justicia, y con la boca se hace confesión para salvación.


Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y compañeros de cárcel, los cuales son de nota entre los apóstoles; los que también estaban en Cristo antes que yo.


para que, de la manera que reinó el pecado en muerte, así también reinase la gracia, por medio de justicia, a vida eterna, por medio de Jesucristo nuestro Señor.


NO hay pues ahora condenación alguna para los que están en Cristo Jesús.


Pues lo que no pudo la ley, según estaba debilitada por medio de la carne, lo hizo Dios, el cual, envió a su Hijo en semejanza de nuestra carne pecaminosa, y como ofrenda por el pecado, condenó el pecado en la carne de él:


Mas de él procede el que seáis vosotros en Cristo Jesús; el cual por parte de Dios nos ha sido hecho sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;


Por tanto si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: las cosas viejas pasaron ya, he aquí que todo se ha hecho nuevo.


Pues a aquel que no conoció pecado, le hizo pecado, a causa de nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.


mas conociendo que el hombre es justificado, no por obras legales, sino por medio de fe en Jesucristo, nosotros mismos hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por obras legales: pues que por obras legales no se justificará ninguna carne.


¡Maldito aquel que no perseverare en las palabras de esta ley para darles cumplimiento! Y dirá todo el pueblo: ¡Amén!


con respecto a celo, perseguidor de la iglesia, en cuanto a justicia que haya en la ley, irreprensible.


el cual nos ha salvado, y nos ha llamado con una vocación santa, no según nuestras obras, sino conforme a su mismo propósito, y gracia, que nos fué dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos;


no a causa de obras de justicia que hayamos hecho nosotros, sino conforme a su misericordia él nos salvó, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo,


para que a causa de dos cosas inmutables, en las que es imposible que Dios mintiese, tengamos un poderoso consuelo los que hemos huído para refugiarnos en él echando mano de la esperanza puesta delante de nosotros;


pues que en muchas cosas todos tropezamos. Si alguno no tropieza en palabra, el tal es hombre perfecto, capaz de refrenar además todo el cuerpo.


SIMÓN Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que juntamente con nosotros han recibido igualmente preciosa fe, en virtud de la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo:


¶Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.


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