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Filipenses 3:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de la concisión.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Cuídense de esos «perros», de esa gente que hace lo malo, esos mutiladores que les dicen que deben circuncidarse para ser salvos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Cuídense de los perros, cuídense de los obreros malos, cuídense de los que se hacen incisiones!

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Guardaos° de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de la mutilación.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 ¡Guardaos de los perros; guardaos de los malos obreros; guardaos de la falsa circuncisión!

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Filipenses 3:2
31 Tagairtí Cros  

¡Apartaos de mí, obradores de maldad, para que yo guarde los mandamientos de mi Dios!


Porque perros me han rodeado; una turba de malhechores me ha cercado; horadaron mis manos y mis pies.


¡Libra de la espada mi vida, mi alma solitaria del poder del perro!


Como el perro se vuelve a su vómito, así el insensato repite sus necedades.


Y muchos entonces tropezarán; y se entregarán unos a otros; y unos a otros se aborrecerán.


¶Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros con vestidos de ovejas, mas de dentro son lobos rapaces.


¶No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos; no sea que las rehuellen con sus pies, y volviéndose sobre vosotros, os despedacen.


Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni es circuncisión la que lo es exteriormente en la carne:


Porque los tales son falsos apóstoles, obreros dolosos, que se transforman en apóstoles de Cristo.


¶Porque vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no uséis vuestra libertad para dar ocasión a la carne; sino antes, por medio del amor, servíos los unos a los otros.


Pero si unos a otros os mordéis y os devoráis, ¡cuidado que no seáis consumidos los unos por los otros!


Pues que en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale algo, ni tampoco la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.


cuyo fin es la perdición, cuyo dios es su vientre, y su gloria es en su vergüenza; los cuales piensan sólo en lo terrenal.


Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los cuales adoramos a Dios en espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos confianza alguna en la carne.


manteniendo la fe, y una buena conciencia; desechando la cual algunos, han hecho naufragio respecto a la fe:


Profesan conocer a Dios; mas con sus hechos le niegan, siendo abominables, y desobedientes, y réprobos para toda buena obra.


Empero les ha sucedido aquello del refrán verdadero: ¡Volvióse otra vez el perro a su vómito, y la puerca que había sido lavada, volvió a revolcarse en el cieno!


Porque se han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (hombres que desde antiguó fueron señalados para esta condenación), los cuales tornan en lascivia la gracia de nuestro Dios, y reniegan de nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.


Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (mas tú eres rico), y sé la blasfemia de los que dicen que ellos son judíos, y no lo son, sino antes son una sinagoga de Satanás.


Mas en cuanto a los cobardes, y los incrédulos, y los abominables, y los homicidas, y los fornicarios, y los hechiceros, y los idólatras, y todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda.


Excluídos están los perros, y los hechiceros, y los fornicarios, y los homicidas, y los idólatras, y cada uno que ama y obra la mentira.


He aquí, yo haré a los de la sinagoga de Satanás, a los que dicen que ellos son judíos, y no lo son, sino que mienten: he aquí, los haré que vengan y se postren ante tus pies, y sepan que yo te he amado.


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