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Ezequiel 1:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 Pues estando yo mirando, he aquí un torbellino que venía del norte: una gran nube y un fuego que se recogía dentro de sí mismo; la cual nube tenía un resplandor al rededor; y de en medio del fuego, una como refulgencia de bronce acicalado, brillando de en medio del fuego.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Mientras miraba, vi una gran tormenta que venía del norte empujando una nube enorme que resplandecía con relámpagos y brillaba con una luz radiante. Dentro de la nube había fuego, y en medio del fuego resplandecía algo que parecía como de ámbar reluciente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Yo miré: un viento huracanado venía del norte. Vi una gran nube: En medio de ella un fuego ardiente irradiaba luz, y el centro era como de metal incandescente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 y miré, y he aquí un torbellino venía del norte: una gran nube con un fuego que se recogía dentro de sí mismo y un resplandor en torno a ella. En su centro, en medio del fuego, había una refulgencia como de metal incandescente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Miré: y he aquí que un viento huracanado venía del norte, una nube grande, con fuego que relampagueaba continuamente y claridad alrededor, y dentro de él como el centelleo del bronce en medio del fuego.

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Ezequiel 1:4
35 Tagairtí Cros  

Entonces él le dijo: Sal fuera, y ponte de pie en el monte delante de Jehová. Y he aquí que Jehová iba pasando; pues un viento grande e impetuoso rompía los montes, y hacía pedazos las peñas delante de Jehová; mas Jehová no estaba en el viento: y después del viento hubo un terremoto; más Jehová no estaba en el terremoto:


Y aconteció que mientras ellos seguían andando y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro; y subió Elías en un torbellino al cielo.


aconteció pues, cuando estaban unánimes los trompetas y los cantores para hacer resonar un solo sonido, alabando y dando gracias a Jehová, que, como iban alzando la voz con las trompetas y con los címbalos y otros instrumentos de música, en medio de su alabar a Jehová, diciendo: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia, entonces mismo la Casa se llenó de una nube, es decir, la Casa de Jehová;


EN esto, Jehová respondió a Job desde el torbellino, y dijo:


Vendrá nuestro Dios, y no guardará silencio: fuego devorador andará delante de él, y en derredor suyo habrá terrible tempestad.


De suerte que hubo granizo, y fuego fulgurando en medio del granizo, sobremanera grave, cual nunca había habido en toda la tierra de Egipto desde que fué nación.


CARGA de Egipto: He aquí que Jehová cabalgará sobre una nube ligera, y entrará en Egipto: y se conturbarán los ídolos de Egipto a su presencia; y se derretirá el corazón de Egipto dentro de él.


CARGA del desierto de la mar: Como se lanzan los huracanes en el sur, así del desierto viene el enemigo, de una tierra terrible:


He aquí que el torbellino de Jehová ya ha salido furiosamente, sí, un torbellino arrebatador: caerá con violencia sobre la cabeza del inicuo.


Así dice Jehová de los Ejércitos: He aquí que la calamidad irá de nación en nación, y una gran tempestad se despertará desde las partes más lejanas de la tierra.


he aquí que enviaré y tomaré a todas las familias del Norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, siervo mío, y los traeré contra este país y contra todos sus habitantes, y contra todas las naciones de al derredor; a las que destruiré del todo, y las convertiré en asombro y en silbido y en desolaciones perpetuas.


¡Alzad bandera con dirección a Sión; huid por salvaros; no os detengáis! porque voy a traer un mal desde el norte, y gran destrucción.


¡HUÍD de en medio de Jerusalem, por salvaros, oh hijos de Benjamín! ¡sonad la trompeta también en Tecoa, y sobre Bet-hacarem alzad la, señal; porque la calamidad se deja ver de la parte del norte, y gran destrucción!


Y ví una como refulgencia de bronce acicalado, como la apariencia de fuego por dentro de ella y al rededor, desde la apariencia de sus lomos hacia arriba: y desde la apariencia de sus lomos hacia abajo, ví una como apariencia de fuego; y había una refulgencia en derredor suyo.


diles a aquellos que la revocan con tiza, que ella caerá. Viene un turbión inundador, y vosotros, ¡oh grandes pedriscos! caeréis, y un viento tempestuoso la rajará.


¶Por tanto, así dice Jehová el Señor: Yo también la rajaré con un viento tempestuoso en mi ira; y vendrá un turbión inundador en mi ardiente indignación, y grandes pedriscos en mi ira, para acabar con ella.


Y fué semejante a la apariencia de la visión que yo había tenido; es decir, como la visión que tuve cuando vine para destruir la ciudad; también las visiones eran parecidas a la visión que tuve junto al río Kebar: y caí sobre mi rostro.


Y miré, y he aquí una semejanza de hombre, como la apariencia de fuego; desde la apariencia de sus lomos para abajo era fuego; y desde sus lomos para arriba, como la apariencia de un resplandor, como la refulgencia de bronce acicalado.


Los caballos negros que están en el carro segundo, salen hacia la tierra del Norte; y los blancos salen tras ellos; y los tordillos salen hacia la tierra del Sur.


porque el Dios nuestro es un fuego consumidor.


sus pies, semejantes a bronce bruñido, refulgente como si ardiese en un horno; y su voz, como el estruendo de muchas aguas.


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