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Efesios 4:31 - Biblia Version Moderna (1929)

31 Toda amargura, y enojo, e ira, y clamor, y maledicencia quítense de en medio de vosotros, y también toda malicia;

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Biblia Reina Valera 1960

31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Sea quitada de vosotros toda amargura y enojo, e ira, y grito airado y maledicencia, junto con toda maldad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Desaparezca de entre vosotros toda amargura, animosidad, ira, gritos, insultos y toda clase de maldad.

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Efesios 4:31
62 Tagairtí Cros  

Y Esaú aborreció a Jacob por motivo de la bendición con que le había bendecido su padre; y decía Esaú en su corazón: Se acercan ya los días del duelo por mi padre; entonces mataré a Jacob mi hermano.


Mas cuando oyó esto Rubén, le libró de sus manos, diciendo: No le matemos.


Viendo pues sus hermanos que le amaba su padre más que a todos ellos, le odiaban, y no podían hablarle pacíficamente.


Y se lo dijo Caín a su hermano Abel; y aconteció, que al estar ellos en el campo, se levantó Caín contra Abel su hermano, y le mató.


Absalom empero no hablaba palabra con Amnón, ni mala ni buena; porque Absalom aborrecía a Amnón, porque había humillado a su hermana Tamar.


Además, ha calumniado a tu siervo delante de mi señor el rey: mas mi señor el rey es como un ángel de Dios: haz pues lo que sea bueno a tus ojos.


Y respondieron los hombres de Israel a los hombres de Judá; diciendo: ¡Diez partes tenemos nosotros en el rey, y también más derecho tenemos nosotros en David que vosotros! ¿Por qué pues nos habéis despreciado? y en efecto, ¿no fué nuestra palabra la primera para hacer volver a nuestro rey? Y era más duro el hablar de los hombres de Judá que el hablar de los hombres de Israel.


Al que calumnia en secreto a su prójimo, le destruiré: al altivo de ojos y orgulloso de corazón, no le sufriré.


El hombre de lengua calumniadora no será estable en la tierra: la maldad cazará al hombre violento para derribarle.


el que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni toma sobre sus labios afrenta contra su cercano;


Déjate de la ira y deja el rencor; no te enojes solamente para hacer mal a ti mismo:


Te sentarás y hablarás contra tu hermano; infamarás al hijo de tu misma madre.


los que afilan su lengua, como espada; arman sus flechas, es a saber, dichos amargos,


El odio suscita rencillas, mas el amor cubre toda suerte de ofensas.


El que oculta el odio es de labios mentirosos; y aquel que profiere la calumnia es un insensato.


El que es pronto en airarse cometerá necedades; y el hombre de inicuas intrigas será odiado.,


Las palabras del chismoso son bocados muy suaves, pues descienden a lo más interior del cuerpo.


Como rugido de león es la ira del rey: mas como el rocío sobre la hierba, su favor.


Como el viento Norte ahuyenta la lluvia, así también el rostro airado a la lengua detractora.


Como en faltando la leña, se apaga el fuego, así donde no hay chismoso, cesa la contienda.


El hombre iracundo excita contiendas, y el colérico abunda en transgresiones.


Si un hombre sabio contendiere con un hombre necio, ora se ponga furioso, ora se ría, no tendrá sosiego.


el testigo mentiroso que respira embustes, y aquel que siembra discordias entre hermanos.


No seas de espíritu presuroso en enojarte; porque el enojo descansa en el seno de los insensatos.


Todos ellos son rebeldes porfiadísimos, que andan chismeando; puro bronce y hierro son, todos ellos son corruptores.


Guardaos cada uno de su prójimo, y ninguno confíe en su hermano; porque todo hermano seguramente suplantará, y todo prójimo andará chismeando.


Y conmovióse toda la ciudad, y hubo concurso del pueblo: y cogiendo a Pablo, le llevaron arrastrando fuera del Templo: y al punto fueron cerradas las puertas.


su boca está llena de maldición y de amargura:


¶Hermanos, no seáis niños en inteligencia: en la malicia, sin embargo, sed niños, mas en la inteligencia sed hombres.


Así pues guardemos la fiesta nuestra; no con la vieja levadura, ni con levadura de malicia y de maldad, sino con panes ázimos de sinceridad y de verdad.


Pues témome, no suceda en manera alguna, que al llegar yo, os halle cuales yo no quisiera, y yo mismo sea hallado de vosotros cual no quisierais vosotros; no suceda en manera alguna, que haya contienda, celos, iras, facciones, detracciones, chismes, hinchazones, desórdenes:


idolatría, hechicería, enemistades, riñas, celos, iras, facciones, divisiones, sectas,


que os desnudéis, tocante a vuestra pasada manera de vivir, del hombre viejo, que es corrupto, conforme a las concupiscencias engañosas;


¶Por tanto, desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.


Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;


Maridos, amad a vuestras mujeres, y no las tratéis con aspereza.


Mas ahora, renunciad también vosotros a todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, palabras torpes de vuestra boca.


¶De igual manera las mujeres sean serias, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.


no dado al vino, no peleador, sino apacible; no rencilloso, no codicioso de torpe ganancia;


Y con todo, aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no sólo ociosas, sino parleras y entrometidas, hablando cosas que no deben.


Pero evita las cuestiones necias, y nacidas de la ignorancia, sabiendo que engendran contiendas.


sin afecto natural, implacables, calumniadores, incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos,


Porque el obispo ha de ser sin reproche, como que es administrador de Dios; no soberbio, no colérico, no rencilloso, no peleador, no codicioso de torpe ganancia;


que las ancianas también sean reverentes en su comportamiento, no calumniadoras, no esclavizadas al uso de mucho vino, maestras de cosas buenas;


¶Vosotros lo sabéis, mis amados hermanos. Mas sea cada hombre pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;


Pero si tenéis en vuestros corazones amargos celos y espíritu faccioso, no os gloriéis, mintiendo contra la verdad.


¶Hermanos, no habléis mal los unos contra los otros. El que habla contra su hermano, o juzga a su hermano, habla contra la ley, y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres ya guardador de la ley, sino juez.


POR lo cual, poniendo aparte toda malicia, y todo engaño, e hipocresías, y envidias, y toda suerte de maledicencias,


No como Caín, el cual era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, justas.


Todo aquel que odia a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permaneciente en sí mismo.


¶Y oí una gran voz en el cielo, que decía: ¡Ahora han venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la soberanía de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche!


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