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Eclesiastés 8:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 Pues tiene autoridad la palabra del rey: ¿y quién le dirá: Qué haces tú?

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Biblia Reina Valera 1960

4 Pues la palabra del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: Qué haces?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Sus órdenes tienen el respaldo de su gran poder. Nadie puede oponerse ni cuestionarlas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey hablará, ¡y punto! Nadie le dirá: '¿Qué haces?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y la palabra del rey es soberana. ¿Quién le pedirá cuenta de lo que hace?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque la palabra del rey es decisiva, y nadie le dirá: '¿Qué estás haciendo?'.

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Eclesiastés 8:4
18 Tagairtí Cros  

Sin embargo la palabra del rey prevaleció contra Joab y los príncipes del ejército; por manera que salieron Joab y los príncipes del ejército de la presencia del rey, para alistar el pueblo de Israel.


que así como te he jurado por Jehová el Dios de Israel, diciendo: Ciertamente Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar; ¡así mismo lo voy a hacer hoy!


Envió pues el rey Salomón por mano de Benaya hijo de Joiada, el cual le acometió de suerte que murió.


Entonces el rey mandó a Benaya hijo de Joiada, el cual salió y acometióle de suerte que murió. Y así el reino fué afirmado en mano de Salomón.


¶Entonces Tatnai gobernador de más allá del río, Setar-boznai y sus compañeros, hicieron con diligencia de conformidad con lo que el rey Darío había enviado a decir.


He aquí, arrebata, y ¿quién le puede estorbar? ¿quién podrá decirle: ¿Qué haces tú?


Por lo cual llamó el rey de Egipto a las parteras, y les dijo: ¿Por qué hacéis esto, y conserváis la vida a los niños?


Como rugido de león es la ira del rey: mas como el rocío sobre la hierba, su favor.


Como rugido de león es el pavor de un rey; quien hace desbordar su ira peca contra su misma alma.


el galgo, ceñido de lomos; también el macho cabrío; y el rey, a quien no se puede resistir.


Ahora pues si estáis dispuestos para que al tiempo que oyereis el sonido de la corneta, de la flauta, del arpa, del sambuco, del salterio, y de la gaita y de toda suerte de música, caigáis y adoréis la imagen que yo he hecho, bien; mas si no la adorareis, en aquella misma hora seréis echados en medio de un homo ardiendo en fuego: y ¿quién es el Dios que os librará de mi mano?


Y todos los moradores de la tierra por una nada le son contados; pues hace conforme a su voluntad en el ejército del cielo, y entre los habitantes de la tierra, y no hay quien pueda detener su mano, ni decirle: ¿Qué haces tú?


Antes bien, ¡oh hombre! ¿quién eres tú que replicas contra Dios? ¿Acaso el vaso labrado dirá al que lo labró: Por qué me has hecho así?


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