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Eclesiastés 3:19 - Biblia Version Moderna (1929)

19 Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, lo mismo sucede a las bestias; es decir, un mismo suceso les acontece: como mueren éstas, así mueren aquéllos; y un mismo aliento tienen todos ellos; de modo que ninguna preeminencia tiene el hombre sobre la bestia; ¡porque todo es vanidad!

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pues tanto las personas como los animales tienen el mismo destino: ambos respiran y ambos mueren. Así que las personas no tienen una verdadera ventaja sobre los animales. ¡Qué absurdo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Pues hombre y bestia tienen la misma suerte; la muerte es tanto para uno como para el otro. El aliento es el mismo y el hombre no tiene nada más que el animal. Esa es otra cosa que no tiene sentido,

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 porque lo mismo que sucede al hombre sucede a la bestia, un mismo suceso es: como muere uno, así muere el otro. Todos tienen un mismo aliento. El hombre no tiene ventaja sobre el animal, porque todo es vanidad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Porque una es la suerte del hombre y de la bestia: muere aquél como ésta muere, y uno solo es el hálito de ambos. No tiene, pues, ventaja el hombre sobre la bestia: todo es vanidad.

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Eclesiastés 3:19
18 Tagairtí Cros  

Que irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada sobre la tierra, la cual no puede ser recogida; y Dios no quiere quitar la vida, sino antes busca arbitrios para que el desterrado no permanezca alejado de él.


Escondes tu rostro, se turban; les quitas el aliento, expiran, y vuelven a su polvo.


Pero el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que perecen.


¡Este es su camino; tal es su locura! mas después de ellos, los hombres se complacerán en sus dichos. (Pausa.)


El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen.


He visto cuantas obras se hacen debajo del sol; ¡y he aquí que el todo es vanidad y correr tras el viento!


Pues apliqué mi corazón a conocer la sabiduría, y a conocer la locura y la insensatez: y supe que esto también es correr tras el viento.


El sabio tiene los ojos en su cabeza; pero el insensato anda en tinieblas: y con todo advertí que un mismo suceso les acontece a todos ellos.


Porque del sabio, lo mismo que del insensato, no habrá memoria para siempre; puesto que en los días venideros ya hará mucho que todo habrá sido olvidado. ¿Y cómo sucede que muere el sabio? Así como el insensato.


Mejor es ir a la casa del duelo, que ir a la casa del banquete; porque aquello es el paradero de todo el género humano, y el que vive debe poner esto en su corazón.


Porque el hombre ni aun sabe cuál será su tiempo; sino que como son cogidos los peces en la destruidora red, y como los pájaros son prendidos en el lazo, así también los hijos de los hombres son enredados en la calamidad en un tiempo malo, cuando les sobreviene de repente.


Todo les sucede a ellos lo mismo que a todos. Un mismo acontecimiento espera a los justos y a los inicuos, a los buenos y a los puros y a los impuros; también al que sacrifica y al que no ofrece sacrificio; tanto al bueno como al pecador; y al que jura profanamente lo mismo que a aquel que teme el juramento.


Si de la muerte común de todos los hombres murieren éstos, y si con la visitación común de todos los hombres fuere visitado sobre ellos su pecado, no me ha enviado Jehová.


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