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Eclesiastés 2:24 - Biblia Version Moderna (1929)

24 No hay pues para el hombre cosa mejor que comer y beber tranquilamente, y hacer que su alma disfruté del bien en su trabajo. Pero esto también he visto que viene de la mano de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Lo único que el hombre puede esperar es comer, beber y pasarlo bien. Pero he visto que también en eso está la mano de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 No hay, pues, mejor cosa para el hombre que comer y beber, y hacer que su alma vea lo bueno de su trabajo. Y he visto que esto proviene de la mano de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 No hay otra dicha para el hombre que comer y beber y regalarse con el fruto de sus fatigas. Yo veo que también esto viene de la mano de Dios;

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Eclesiastés 2:24
22 Tagairtí Cros  

Mientras tanto Judá e Israel eran  muchos, como las arenas que están junto al mar en multitud, comiendo, y bebiendo, y alegrándose.


Les dijo también: ¡Id, comed carnes gordas, y bebed vinos sabrosos; y enviad porciones a aquellos para quienes nadie ha hecho provisión! porque este día es santo a nuestro Señor; no os aflijáis pues; porque el gozo de Jehová os da esfuerzo.


Y nunca negué a mis ojos cosa alguna de cuantas deseaban; no privé a mi corazón de ningún género de placeres, porque mí corazón se alegraba en todas mis labores; y ésta fué la porción que tuve de todo mi trabajo.


(Pues ¿quién puede comer, ni quién puede gozarse más que yo?)


Reflexioné en mi corazón cómo había de regalar con vino mi carne (guiándome entre tanto mi corazón con sabiduría), y cómo había de echar mano de la insensatez, hasta ver en lo que sería bueno que los hijos de los hombres se ocupasen debajo del sol, el corto número de los días de su vida.


Así pues he visto que no hay cosa mejor que el que el género humano se regocije en sus labores; porque ésta es su porción: pues ¿quién volverá a traer al hombre para que vea aquello que ha de ser después de él?


Come también en tinieblas todos sus días, y se enfada mucho, y tiene sus pesares y sus enojos.


Porque ¿quién sabe lo que sea bueno para el hombre durante su vida, el corto número de los días de su vida vana, los cuales se le pasan como una sombra? ¿pues quién anunciará al hombre lo que ha de ser después de él debajo del sol?


es el caso de un hombre a quien Dios le ha dado riquezas y haberes y honra, de modo que no le falta nada de cuanto pueda desear; y con todo, Dios no le concede la facultad de gozar de ello, sino que algún extraño lo disfruta. ¡Vanidad es esto, y pesar muy doloroso!


Por tanto yo alabo la vida regocijada; porque el hombre no tiene debajo del sol cosa mejor que el comer y beber tranquilamente, y alegrarse; y que esto le quede por parte de su trabajo, en los días de su vida que Dios le concediere debajo del sol.


¡Venid (así dicen), yo traeré vino y nos saciaremos de licor embriagante! ¡y mañana será como el día de hoy, día grande, o mucho más abundante!


Si no escuchareis, y si no hiciereis caso de ello, para dar gloria a mi Nombre, dice Jehová de los Ejércitos, entonces enviaré sobre vosotros una maldición, y maldeciré vuestras bendiciones; y también las he maldecido ya, porque no hacéis caso de mí.


aunque no ha dejado de dar testimonio respecto de sí mismo, haciendo beneficios a todos, y dándoos lluvias desde el cielo, y estaciones fructíferas, llenando vuestros corazones de mantenimiento y de alegría.


Si yo, según costumbre humana, peleé con las fieras en Efeso, ¿qué me aprovecha, si los muertos no resucitan?  ¡Comamos y bebamos, porque mañana morimos!


y os regocijaréis allí delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el levita que habita dentro de vuestras puertas; pues él no tiene parte ni herencia entre vosotros.


sino que delante de Jehová tu Dios los comerás en el lugar que escogiere Jehová tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita que mora dentro de tus puertas; y te regocijarás delante de Jehová tu Dios, en toda empresa de tus manos.


¶A los que son ricos en este siglo, requiéreles que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, el cual nos da ricamente todas las cosas para gozarlas,


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