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Deuteronomio 6:3 - Biblia Version Moderna (1929)

3 Oye pues, oh Israel, y guarda estas cosas para hacerlas, a fin de que te vaya bien, y te multipliques mucho, como te ha prometido Jehová, el Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Escucha con atención, pueblo de Israel, y asegúrate de obedecer. Entonces todo te saldrá bien, y tendrás muchos hijos en la tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como el Señor, Dios de tus antepasados, te lo prometió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Escucha, pues, Israel, y cuida de poner en práctica lo que ha de traerte felicidad y prosperidad en esta tierra que mana leche y miel, como lo prometió Yavé, Dios de tus padres.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Oye pues, oh Israel, y cuidarás de hacerlo, como te habló YHVH, el Dios de tus padres, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera en la tierra que mana leche y miel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Escucha, Israel y pon en práctica lo que te hará feliz y te multiplicará abundantemente en la tierra que mana leche y miel, como te dijo Yahveh, el Dios de tus padres.

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Deuteronomio 6:3
25 Tagairtí Cros  

Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición.


Y haré que tu simiente sea como el polvo de la tierra; de modo que si alguien pudiera contar el polvo de la tierra, también tu simiente será contada.


Y le sacó fuera, y dijo: Mira hacia los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar; y le dijo: ¡Así será tu simiente!


que bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como las arenas a la orilla del mar; y tu simiente poseerá la puerta de sus enemigos;


y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré a tu simiente todas estas tierras; y serán bendecidas en tu simiente todas las naciones de la tierra;


Y será tu simiente como el polvo de la tierra; y te extenderás hacia el occidente, y hacia el oriente, y hacia el aquilón, y hacia el mediodía; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.


Tú nos has encomendado tus preceptos, para que sean muy guardados.


Y los hijos de Israel fueron fecundos, y se reprodujeron abundantemente, y multiplicáronse, y se hicieron muy fuertes; y la tierra fué llena de ellos.


Por lo cual he dicho: Os sacaré de la opresión de Egipto, a la tierra del Cananeo, y del Heteo, y del Amorreo, y del Perezeo, y del Heveo, y del Jebuseo; tierra que mana leche y miel.


Díjole además: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces cubrióse Moisés el rostro, porque tuvo temor de mirar a Dios.


y he descendido para libertarle de la mano de los Egipcios, y para hacerle subir de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa; tierra que mana leche y miel; al lugar del Cananeo, y del Heteo, y del Amorreo, y del Perezeo, y del Heveo, y del Jebuseo.


Pero aunque el pecador haga mal cien veces, y con todo se le prolonguen los días, sin embargo yo ciertamente sé que les irá bien a los que temen a Dios, por lo mismo que temen delante de él.


Decid al justo que le irá bien; porque del fruto de sus caminos comerá.


Ora sea buena, ora sea mala, obedeceremos la voz de Jehová nuestro Dios, a quien te enviamos; para que nos vaya bien cuando obedezcamos la voz de Jehová nuestro Dios.


sino más bien esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo el camino que os he ordenado, para que os vaya bien.


Mas en tanto que se acercaba el tiempo de la promesa que había jurado Dios a Abraham, se aumentó el pueblo, y multiplicóse en Egipto,


y a fin de que prolonguéis vuestros días sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que se la daría a ellos y a su simiente; tierra que mana leche y miel.


Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel y al suelo que nos has dado, como juraste a nuestros padres, ¡tierra que mana leche y miel!


y nos ha traído a este lugar, y nos ha dado esta tierra, tierra que mana leche y miel.


y escribirás sobre ellas todas las palabras de esta ley; cuando hayas pasado el Jordán a fin de entrar en la tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que mana leche y miel, según te ha prometido Jehová el Dios de tus padres.


Porque cuando a este pueblo le hubiere introducido yo en la tierra que he prometido con juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel, y él hubiere comido, y se hubiere saciado y engordado, se volverá a otros dioses y les servirá, y me tratará con desprecio, y quebrantará mi pacto.


Por tanto guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te ordeno hoy, para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti; y para que se te prolonguen los días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da, para siempre.


Los guardaréis pues para cumplirlos; porque en esto consistirá vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a la vista de las naciones; las cuales oirán hablar de todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido es esta gran nación.


tierra de trigo, y de cebada, y de la vid, y de la higuera, y del granado; tierra de aceite y de miel;


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