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2 Timoteo 2:25 - Biblia Version Moderna (1929)

25 instruyendo con mansedumbre a los que se oponen; por si acaso Dios les conceda arrepentimiento para conocimiento de la verdad;

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Biblia Reina Valera 1960

25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Instruye con ternura a los que se oponen a la verdad. Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Reprenderá a los rebeldes con dulzura: quizá Dios les conceda que se conviertan y descubran la verdad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda el arrepentimiento conducente al conocimiento° pleno de la verdad,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 suave al instruir a los contrarios, por si acaso Dios les concede que se conviertan, reconozcan la verdad

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2 Timoteo 2:25
30 Tagairtí Cros  

sino que éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en sus entrañas, y en su corazón la escribiré; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo:


También yo les daré un mismo corazón, y un nuevo espíritu pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne;


Por tanto tú, oh hijo del hombre, prepárate trastos de los que se van en cautiverio, e irás en cautiverio, de día, delante de su vista; trasladándote de tu lugar a otro lugar delante de sus ojos: puede ser que ellos paren en esto la atención, aunque son casa rebelde.


También os daré un nuevo corazón, y pondré un espíritu nuevo en medio de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.


Entonces os acordaréis de vuestros caminos malos, y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis en vuestra misma presencia, con motivo de vuestras iniquidades y de vuestras abominaciones.


Derramaré también sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusalem, espíritu de gracia y de suplicación; y mirarán a mí, a quien traspasaron; y se lamentarán a causa del que hirieron, como quien se lamenta a causa de un hijo único, y estarán en amargura por él, como uno que está en angustia por su primogénito.


Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.


Porque vino Juan a vosotros en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, al ver esto, no lo sentisteis después, para creerle.


y diciendo: Se ha cumplido el tiempo, y se ha acercado el reino de Dios: arrepentíos, y creed el evangelio,


Mas no de parte de hombre alguno, es el testimonio que yo recibo: empero digo estas cosas para que vosotros seáis salvos.


Al oír ellos estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: Luego a los gentiles también les ha concedido Dios arrepentimiento para vida.


Entonces Pedro les dijo: ¡Arrepentíos, y sed bautizados, cada uno de vosotros, en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo!


testificando a judíos y también a griegos, el arrepentimiento hacia Dios y la fe hacia nuestro Señor Jesucristo.


Oyendo pues esto, ellos entraron en el Templo, al despuntar el alba, y enseñaban. Entretanto, viniendo el sumo sacerdote y los que obraban de acuerdo con él, convocaron el Sinedrio, y todo el senado de los hijos de Israel; y enviaron a la prisión para hacerlos traer.


A éste, Dios le ensalzó con su diestra para ser Príncipe y Salvador, a fin de dar arrepentimiento a Israel, y remisión de pecados.


Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega al Señor, si por acaso se te perdone el pensamiento de tu corazón;


HERMANOS, si alguno fuere sobrecogido en cualquiera transgresión, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal en espíritu de   mansedumbre, mirándote  a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.


el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.


¶Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue tras la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.


los cuales siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.


PABLO, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios, y el conocimiento de la verdad, que es según la piedad,


de no decir mal de nadie, de no ser contenciosos, sino apacibles, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.


Toda buena dádiva y todo don perfecto de arriba es, descendiendo del Padre de las luces, de parte de quien no puede haber variación, ni sombra de mudanza.


sino santificad al Señor Cristo en vuestros corazones, y estad siempre prontos a dar respuesta a todo aquel que os pidiere razón de la esperanza que hay en vosotros; empero con mansedumbre y temor;


¶Si alguno viere a su hermano cometer un pecado que no es para muerte, debe pedir, y Dios le dará vida; es decir a los que no pecan para muerte.  Hay pecado que es para muerte; no respecto de éste digo que se ha de pedir.


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