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2 Tesalonicenses 2:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 y con todo el artificio de la injusticia, para los que perecen; por cuanto no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Se valdrá de toda clase de mentiras malignas para engañar a los que van rumbo a la destrucción, porque se niegan a amar y a aceptar la verdad que los salvaría.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 para engañar y pervertir a todos los que han de perderse, a los que no aceptaron el amor de la verdad que los habría salvado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y con todo engaño de iniquidad para los que perecen: recompensa por no haber acogido el amor de la verdad para ser salvos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 y de toda especie de maldades, que seducirán a los que están en vías de perdición, por no haber acogido el amor de la verdad que los habría salvado.

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2 Tesalonicenses 2:10
29 Tagairtí Cros  

El temor de Jehová es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.


Yo amo a los que me aman, y los que me buscan temprano me hallarán.


Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os ha sido dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les ha sido dado.


Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de él.


Mas no de parte de hombre alguno, es el testimonio que yo recibo: empero digo estas cosas para que vosotros seáis salvos.


HERMANOS, el deseo de mi corazón y mi súplica a Dios, a favor de ellos, es que sean salvos.


porque los tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus mismos vientres; y con palabras melosas y adulaciones, engañan los corazones de los sencillos.


Gracias empero a Dios, que aunque fuisteis siervos del pecado, habéis venido a ser obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la cual habéis sido entregados;


¶Porque la doctrina de la cruz es insensatez a los que perecen; pero a nosotros que somos salvos, es el poder de Dios.


Si alguno no ama al Señor Jesucristo, ¡sea anatema! ¡Maran-atha!


Porque los tales son falsos apóstoles, obreros dolosos, que se transforman en apóstoles de Cristo.


¡No es gran cosa, pues, que sus ministros se transformen, para presentarse como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.


Porque somos para Dios un olor grato de Cristo, en los que se salvan, y en los que perecen:


Pues no somos como los muchos que conocéis que hacen un comercio de la palabra de Dios; sino al contrario, como hombres de sinceridad, y como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.


para que ya no seamos niños, fluctuando de acá para allá, y llevados en derredor por todo viento de enseñanza, por medio de las tretas de los hombres, y su astucia en las artes sutiles del error;


vedándonos hablar a los gentiles, para que se salven; para ir siempre llenando la medida de sus pecados: la ira empero les ha sobrevenido para acabar con ellos.


para que sean condenados todos aquellos que no creen a la verdad, sino que se complacen en la injusticia.


¶Pero estamos en la obligación de dar gracias a Dios, respecto de vosotros, hermanos, amados del Señor, por haberos escogido Dios, desde el principio, para salvación, en santificación del Espíritu y en creencia de la verdad;


el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.


sino antes, exhortaos los unos a los otros, día por día, mientras se dice: Hoy; para que no se endurezca ninguno de vosotros por el artificio del pecado;


Mas aquéllos, como bestias irracionales, nacidas de propósito para ser cogidas y destruídas, dicen injurias contra lo que no entienden, y perecerán del todo en su misma corrupción,


Porque, profiriendo palabras hinchadas, llenas de vanidad, atraen con el cebo de apetitos carnales, por medio de la lascivia, a los que por un poco de tiempo iban escapando de los que viven en el error;


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