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2 Reyes 6:17 - Biblia Version Moderna (1929)

17 Y oró Eliseo, diciendo: ¡Jehová,  ruégote le abras los ojos, para que pueda ver! Y Jehová abrió los ojos del mozo, y vió; ¡y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Eliseo!

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!». Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Eliseo se puso a orar: 'Yavé, abre sus ojos para que vea'. Y Yavé abrió los ojos del joven, quien vio la montaña cubierta de caballos y carros de fuego que rodeaban a Eliseo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y oró Eliseo diciendo: ¡Oh YHVH, te ruego que abras sus ojos para que vea! Y YHVH abrió los ojos del siervo, y miró, y he aquí el monte estaba repleto de caballos y carros° de fuego alrededor de Eliseo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Entonces Eliseo se puso a orar y dijo: '¡Oh Yahveh! Ábrele los ojos para que vea'. Abrió Yahveh los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba lleno de caballos y de carros de fuego que rodeaban a Eliseo.

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2 Reyes 6:17
28 Tagairtí Cros  

Y abrió Dios los ojos de ella de manera que vió un pozo de agua; y fué y llenó el odre de agua, y dió de beber al niño.


MAS Jacob siguió su camino; y salieron a recibirle ángeles de Dios.


Y dijo Jacob al verlos: Campamento de Dios es éste: y llamó aquel lugar Mahanaim.


Entonces Jacob envió mensajeros delante de sí a Esaú, su hermano, a tierra de Seir, país de Edom;


Y aconteció que mientras ellos seguían andando y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro; y subió Elías en un torbellino al cielo.


que entabla sus cámaras con aguas; que pone las nubes por su carroza; que anda sobre las alas del viento;


que hace los vientos sus mensajeros, los flamigeros rayos sus ministros.


¡Abre mis ojos, para que yo vea las maravillas de tu ley!


Como las montañas están al rededor de Jerusalem, así Jehová está al rededor de su pueblo, desde ahora y para siempre.


Asienta campamento el Ángel de Jehová en derredor de los que le temen, y los defiende.


Los carros de Dios son veinte millares de miles sobre miles; el Señor está en medio de ellos; como en Sinaí, así en el Santuario.


Porque dará encargo a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos;


Él clamará a mí, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; le libraré, y le glorificaré;


para que abras los ojos de los ciegos, y saques del calabozo a los presos, y de la cárcel a los sentados en tinieblas.


Y yo Daniel solo ví la visión; pues no la vieron los hombres que conmigo estaban; sino que cayó sobre ellos un terror grande, de modo que huyeron, y se escondieron.


Aquella noche ví que, he aquí, un hombre iba montado en un caballo rojo; y se detuvo entre los mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, alazanes y blancos.


Entonces Jehová quitó el velo de los ojos de Balaam, de modo que vió al Ángel de Jehová puesto de pie en mitad del camino, con su espada desenvainada en la mano; e inclinó la cabeza y postróse sobre su rostro.


¿O acaso piensas tú que no puedo orar a mi Padre, y él, ahora mismo, pondría a mi servicio más de doce legiones de ángeles?


para abrirles los ojos, a fin de que se vuelvan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban remisión de pecados, y herencia entre los que son santificados mediante la fe en mí.


siendo iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis cuál sea la esperanza de vuestra vocación, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,


¿no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación?


¶Y ví el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y aquel que estaba sentado sobre él se llamaba Fiel y Verdadero; y en justicia juzga y hace guerra.


Y los ejércitos que están en el cielo le seguían, montados en caballos blancos, y vestidos de lino fino blanco y puro.


¶Y al ángel de la iglesia que está en Filadelfia, escribe: Estas cosas dice el que es santo, el que es veraz, el que tiene la llave de David, el que abre, y ninguno cierra, y cierra, y ninguno abre:


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