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2 Reyes 4:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 Y aconteció que estando ya todas llenas, dijo a su hijo: Alcánzame otra vasija más. Y él le respondió: No hay más vasija. Entonces se detuvo el aceite.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡Pronto todas las jarras estaban llenas hasta el borde! —Tráeme otra jarra —le dijo a uno de sus hijos. —¡Ya no hay más! —le respondió. Al instante, el aceite de oliva dejó de fluir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Cuando los cántaros estuvieron llenos, dijo a su hijo: 'Pásame uno más'. Pero éste le dijo: 'Ya no hay más'. Y el aceite dejó de correr.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y sucedió que cuando las vasijas estaban llenas, dijo a un hijo suyo: Acércame otra vasija; y él le respondió: No hay ni una vasija más. Entonces cesó el aceite.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo ella a uno de sus hijos: 'Acércame otra vasija'. Pero él respondió: 'Ya no hay más'. Y entonces el aceite cesó.

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2 Reyes 4:6
12 Tagairtí Cros  

Porque así dice Jehová, el Dios de Israel: La orza de harina no vendrá a menos, ni menguará la alcuza de aceite, hasta el día que Jehová diere lluvia sobre la tierra.


Y estalló en ira contra él el varón de Dios, diciendo: ¡Deberías haberla herido cinco o seis veces: entonces hubieras herido a los Siros hasta acabarlos! ahora empero tres veces, no más, herirás la Siria.


Ella pues se retiró de él, y cerró la puerta sobre sí y sus hijos; ellos le llegaban las vasijas, y ella las iba llenando.


Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.


Y comieron todos, y se saciaron; y alzaron de los fragmentos que sobraron, doce cestos llenos.


Y comieron todos, y se saciaron: y alzaron de los pedazos que sobraron siete canastos llenos.


Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe, os sea hecho. Y sus ojos fueron abiertos.


Y toda la multitud procuraba tocarle; porque salía de él poder que sanaba a todos.


Y cuando estuvieron satisfechos, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobran, para que no se pierda nada.


Y cesó el maná al día siguiente, después de haber ellos comido del producto de la tierra; y nunca más tuvieron los hijos de Israel el maná, sino que comieron los frutos de la tierra de Canaán aquel año.


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