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2 Reyes 4:40 - Biblia Version Moderna (1929)

40 Sirvieron pues a los hombres para que comiesen; pero sucedió que mientras comían del potaje, todos ellos alzaron el grito, diciendo: ¡Hay muerte en la olla, oh varón de Dios! Y no lo pudieron comer.

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Biblia Reina Valera 1960

40 Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Sirvieron un poco del guisado a los hombres, quienes después de comer uno o dos bocados, gritaron: «¡Hombre de Dios, este guisado está envenenado!». Así que no quisieron comerlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Sirviéronles sopa a todos esos hombres, pero en cuanto la probaron exclamaron: '¡Hombre de Dios, la olla está envenenada!' Y no pudieron comer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y sirvió a los hombres para que comieran; pero sucedió que cuando comían del potaje, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no pudieron comer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Sirvieron la comida a los hombres y, al probarla, éstos, gritaron: '¡La muerte en la olla, varón de Dios!'. Y no pudieron comer.

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2 Reyes 4:40
11 Tagairtí Cros  

Y un día guisaba Jacob un potaje, cuando Esaú llegó del campo; y estaba rendido de cansancio.


Entonces ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo que ver contigo, oh varón de Dios? ¿has venido a mí para renovar la memoria de mi pecado, y para hacer morir a mi hijo?


Y el rey volvió a enviar a él otro capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta; el cual respondiendo le dijo: Varón de Dios, así ha dicho el rey: Desciende presto.


Entonces el rey volvió a enviar un tercer capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta. Mas subió el tercer capitán de cincuenta, y llegado que hubo, hincóse de rodillas ante Elías, y rogóle les tuviese piedad, diciéndole: ¡Oh varón de Dios, ruégote que mi vida, y la vida de estos tus cincuenta siervos, sea preciosa en tu vista!


Por lo cual envió el rey un capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta; el cual subió a donde él estaba; pues he aquí que estaba sentado sobre la cumbre de un monte; y le dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho: Desciende.


Salió entonces alguno al campo para coger verduras; y hallando una vid silvestre, cogió de ella calabazas silvestres, cuantas cupiesen en la doblez de su ropa: y vino, y rajándolas, las echó en la olla del potaje; pues no sabían lo que eran.


Por lo cual ella dijo a su marido: He aquí, ya entiendo que éste que pasa de continuo cerca de nosotros es un santo varón de Dios.


Ahora pues, perdonad mi pecado solamente esta vez, y suplicad a Jehová vuestro Dios que al menos aparte de mí esta muerte.


Luego vinieron a Mara; mas no pudieron beber de las aguas, porque eran amargas; por tanto le pusieron al lugar el nombre de Mara.


alzarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán las manos, y sanarán.


Y ESTA es la bendición con que Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, antes de su muerte.


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