Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





2 Crónicas 32:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 ¿No es que os alucina Ezequías, para entregaros a morir de hambre y de sed, diciendo: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

11 ¿No os engaña Ezequías para entregaros a muerte, a hambre y a sed, al decir: Jehová nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Ezequías ha dicho: ‘El Señor nuestro Dios nos librará del rey de Asiria’. ¡Ezequías los está engañando y los está condenando a morir de hambre y de sed!

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 ¿No los engaña Ezequías cuando les dice: Yavé, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria? ¿No es culpable de que van a morir de hambre y sed?

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¿Acaso no os engaña Ezequías para haceros morir° de hambre y de sed, diciendo: YHVH nuestro Dios nos librará de mano del rey de Asiria?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 ¿Acaso Ezequías no os está engañando, para entregaros a la muerte por hambre y por sed, cuando os dice: 'Yahveh, nuestro Dios, nos librará de la mano del rey de Asiria?'.

Féach an chaibidil Cóip




2 Crónicas 32:11
14 Tagairtí Cros  

Mas Rabsaces les respondió: ¿Por ventura me ha enviado mi señor a tu señor y a ti, para decir estas palabras? ¿No me ha enviado también a los hombres que están sentados sobre el muro, expuestos como están a comer su mismo estiércol y a beber sus orines con vosotros?


Ni tampoco os haga confiar Ezequías en Jehová, diciendo: De seguro que Jehová nos librará, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.


Así hablaréis a Ezequías rey de Judá, diciendo: No te engañe tu Dios en quien confías, diciendo: Jerusalem no será entregada en mano del rey de Asiria.


Así dice Senaquerib rey de Asiria: ¿En qué estáis confiados, para que os quedéis dentro de las fortificaciones en Jerusalem?


¿No es este Ezequías el mismo que ha quitado los altos y los altares de Jehová, y ha mandado a Judá y Jerusalem, diciendo: Delante de un solo altar habéis de adorar, y sobre él habéis de quemar incienso?


Ahora pues, no os engañe Ezequías, ni os tenga alucinados así, ni le creáis vosotros; porque ningún dios de ninguna nación ni reino ha podido librar a su pueblo de mi mano, ni de mano de mis padres: ¡cuánto menos podrán vuestros dioses libraros a vosotros de mi mano!


¡Encomiéndate a Jehová! ¡Líbrele! ¡sálvele, ya que se complace en él!


Muchos son los que dicen de mi alma: ¡No hay para él socorro en Dios! (Pausa.)


Como quien me hiere en los huesos, mis enemigos se mofan de mí, diciéndome todos los días: ¿dónde está tu Dios?


diciendo: ¡Dios le ha desamparado! ¡perseguidle y tomadle; porque no hay quien le libre!


Mas respondió Rabsaces: ¿Por ventura me ha enviado mi señor a tu señor y a ti para decir estas palabras? ¿no me ha enviado más bien a los hombres que están sentados sobre el muro, expuestos como están a comerse su mismo estiércol y a beberse sus orines con vosotros?


No os alucine Ezequías, diciendo: ¡Jehová nos librará! ¿Acaso los dioses de las naciones han librado cada cual su tierra de mano del rey de Asiria?


Confió en Dios; líbrele ahora, si le quiere; porque ha dicho:  De Dios soy Hijo.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí