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2 Crónicas 14:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 Entonces Asa clamó a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para contigo no hay diferencia alguna entre ayudar a los fuertes o a los de ningún poder! ¡Ayúdanos, oh Jehová, Dios nuestro, porque nos apoyamos en ti, y en tu nombre salimos contra esta multitud de gente! ¡Oh Jehová, tu eres nuestro Dios! ¡no prevalezca contra ti el hombre mortal!

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: ¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces Asa clamó al Señor su Dios: «¡Oh Señor, nadie sino tú puede ayudar al débil contra el poderoso! Ayúdanos, oh Señor nuestro Dios, porque solo en ti confiamos. Es en tu nombre que hemos salido contra esta inmensa multitud. ¡Oh Señor, tú eres nuestro Dios; no dejes que simples hombres prevalezcan contra ti!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé derrotó a los etíopes ante Asá y los hombres de Judá; y los etíopes se pusieron en fuga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y Asa invocó a YHVH su Dios, y dijo: ¡Oh YHVH, no hay otro como Tú para ayudar, tanto al poderoso como al que no tiene fuerza! ¡Ayúdanos, oh YHVH Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu Nombre hemos venido contra esta multitud! Oh YHVH, Tú eres nuestro Dios, ¡no prevalezca contra ti ningún mortal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Yahveh derrotó a los etíopes ante Asá y ante Judá, y los etíopes emprendieron la huida.

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2 Crónicas 14:11
59 Tagairtí Cros  

¶Cuando saliere tu pueblo a campaña contra sus enemigos, doquiera que tú los enviares, y oraren a Jehová, mirando hacia la ciudad que tú has escogido, y la Casa que yo he edificado a tu Nombre,


Y fueron ayudados contra ellos; de modo que los Agarenos y todos los que con ellos había, fueron entregados en su mano; porque clamaron a Dios en la batalla, y él les favoreció, por cuanto confiaban en él.


Y he aquí que al frente de nosotros, está el mismo Dios, y sus sacerdotes con las trompetas resonantes, para tocar alarma contra vosotros. ¡Oh hijos de Israel, no queráis pelear contra Jehová, el Dios de vuestros padres, porque no podréis salir con bien!


Y cuando Judá volvió la cara, he aquí que tenía la batalla de frente y por las espaldas; y clamaron a Jehová, y los sacerdotes tocaban las trompetas.


En seguida los hombres de Judá alzaron el grito; y aconteció que cuando los hombres de Judá alzaron el grito, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá.


Así fueron humillados los hijos de Israel en aquel tiempo; y prevalecieron los hijos de Judá, por cuanto se habían apoyado en Jehová, el Dios de sus padres.


Y salió Asa contra él; y los dos se pusieron en orden de batalla en el Valle de Sefata, junto a Maresa.


¶En aquel tiempo Hanani vidente vino a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no té apoyaste en Jehová, el ejército del rey de Siria se ha escapado de tu mano.


Sucedió pues que cuando vieron los capitanes de los carros a Josafat, dijeron: El rey de Israel es; por lo cual se volvieron para pelear contra él. Y Josafat alzó el grito; y Jehová le ayudó; y Dios los movió a que le dejasen.


Dios nuestro, ¿no los juzgarás tú? pues nosotros no tenemos poder alguno contra esta gran muchedumbre que viene contra nosotros; y no sabemos qué hacer: mas nuestros ojos están puestos en ti.


Y anduvo en el camino de su padre Asa, sin apartarse de él, haciendo lo que era recto a los ojos de Jehová.


Que si no, vé y hazte fuerte para la guerra; mas Dios te hará caer delante del enemigo; porque Dios tiene poder para ayudar o para derribar.


Y ayudóle Dios contra los Filisteos, y contra los Árabes que habitaban en Gur-baal, y contra los Meunitas.


¶Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amoz, oraron a causa de esto, clamando al cielo.


¡Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Jehová nuestro Dios, para ayudarnos, y para pelear nuestras batallas! Y el pueblo apoyóse en las palabras de Ezequías rey de Judá.


A JEHOVÁ, en mi angustia, clamé, y él me respondió.


En mi angustia seguí clamando a Jehová, si, seguí pidiendo auxilio a mi Dios: él oía desde su templo mi voz, y mi clamor llegaba delante de él, y entró en sus oídos.


Nos alegraremos en tu salvación, y en el nombre de nuestro Dios alzaremos pendón. ¡Cumpla Jehová todas tus peticiones!


Estos confían en carros de guerra, y aquéllos en caballos; pero nosotros nos acordaremos del nombre de Jehová, nuestro Dios.


Ellos están postrados y caídos; pero nosotros nos hemos levantado, y estamos en pie.


clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no quedaron avergonzados.


Mas yo soy gusano, y no hombre, oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.


Este pobre clamó, y oyóle Jehová, y de todas sus angustias le sacó.


Encomienda a Jehová tu camino, espera también en él, y él hará lo que conviene;


y clama a mí en el día de angustia; yo te libraré, y tú me glorificarás!


¡Levántate, oh Jehová; no prevalezca el hombre mortal: sean juzgadas las naciones delante de ti!


Él clamará a mí, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; le libraré, y le glorificaré;


Y cuando Faraón se iba acercando, los hijos de Israel alzaron los ojos, y ¡he aquí a los Egipcios que venían marchando en pos de ellos! Y temieron mucho, y clamaron los hijos de Israel a Jehová.


Torre de fortaleza es el nombre de Jehová; a ella corre el justo, y está en salvo.


Y acontecerá en aquel día que no volverán más los que quedaren de Israel, y los escapados de la casa de Jacob, a apoyarse en aquel que le hirió; sino que se apoyarán en Jehová, el Santo de Israel, con verdad.


¡Dejaos pues del hombre, cuyo aliento está en su nariz! pues ¿en qué debe ser él estimado?


Jehová, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han señoreado; mas ahora, de ti solo y de tu Nombre haremos mención.


Y ellos pelearán contra ti, mas no prevalecerán contra ti; porque contigo soy yo, dice Jehová, para librarte.


de tal modo que cinco de vosotros pongan en fuga a ciento, y ciento de vosotros persigan a diez mil; y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.


al que trae repentina destrucción sobre los fuertes, de modo que viene la destrucción sobre la fortaleza.


Porque así dice Jehová de los Ejércitos, el cual para gloria suya me ha enviado a las naciones que os despojan (porque aquel que os toca a vosotros, le toca a él en la niña de su ojo):


Y yo también te digo a ti, que tú eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del sepulcro no prevalecerán contra ella.


¡NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí!


La paz os dejo; mi paz os doy: no según da el mundo, yo os la doy: no se turbe vuestro corazón, ni se acobarde.


Y será que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.


Y por medio de la fe en su nombre, a éste, a quien vosotros veis y conocéis, su nombre le ha fortalecido; y la fe que es por medio de él le ha dado esta perfecta sanidad en presencia de todos vosotros.


y caído a tierra, oyó una voz que le decía: ¡Saulo! ¡Saulo! ¿por qué me persigues?


¶¿Qué pues diremos a estas cosas? si Dios está por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?


si no fuera que temo la ira del enemigo; no sea que lo entiendan mal sus adversarios; no sea que digan: Nuestra mano es alta, y no es Jehová quien ha hecho todo esto.


¡Cómo perseguiría uno a mil, y dos pondrían en fuga a diez mil, si su Roca no los hubiera vendido, y Jehová no los hubiera entregado!


Porque Jehová juzgará a su pueblo; y de sus siervos se dolerá, cuando viere que se les ha ido el auxilio, sin quedarles cosa preciosa ni vil.


Y dijo Jehová a Gedeón: Por medio de los trescientos hombres que lamieron el agua, yo os salvaré, entregando a Madián en tu mano: vuelva pues toda la demás gente cada cual a su lugar.


Dijo pues Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos, quizá obrará Jehová juntamente con nosotros; porque para con Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos.


y para que sepa toda esta asamblea, que no por espada, ni por lanza, salva Jehová: ¡porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestra mano!


Él guardará los pies de sus santos; mas los impíos enmudecerán en tinieblas; que por fuerza propia no prevalecerá ninguno.


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