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1 Reyes 8:36 - Biblia Version Moderna (1929)

36 oye tú en el cielo, y perdona el pecado de tus siervos, y de tu pueblo Israel, cuando les hayas enseñado el camino bueno en que deben andar; y envía lluvia sobre tu tierra que has dado a tu pueblo por herencia suya.

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Biblia Reina Valera 1960

36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 escúchalo desde lo alto del cielo y perdona el pecado de tus servidores y de tu pueblo Israel. Tú le indicarás el buen camino por donde deben caminar, tú harás caer la lluvia sobre la tierra que diste como herencia a tu pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 entonces escucha Tú desde los cielos, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 escúchalos desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, muéstrales el camino recto por donde deben ir, y envía la lluvia sobre esta tierra tuya, la que diste a tu pueblo por heredad.

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1 Reyes 8:36
28 Tagairtí Cros  

Y SUCEDIÓ que pasados ya muchos días, en el año tercero tuvo Elías revelación de Jehová, que decía: Anda, muéstrate a Acab, porque voy a dar lluvia sobre la tierra.


¶Entonces dijo Elías a Acab: ¡Sube, come y bebe; porque hay sonido de abundancia de lluvia!


Y sucedió que en el entretanto los cielos se obscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y montando Acab en su carro, fué a Jezreel.


¡Ordena mis pasos conforme a tu palabra, y no tenga iniquidad alguna dominio sobre mí.


¡Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos: y lo guardaré hasta el fin!


¡Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado! ¡hazme saber el camino por donde debo andar, porque levanto mi alma a ti!


¿Quién es el hombre que teme a Jehová? a éste le dirigirá por el camino que él escogiere:


Bondadoso y recto es Jehová; por tanto dirigirá a los pecadores en el camino:


¡Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame en una senda llana, a causa de los que me ponen asechanzas!


¶Te instituiré, y te enseñaré el camino en que debes andar: te aconsejaré; sobre ti estará mi ojo.


¡Jehová, guíame en tu justicia a causa de mis enemigos! ¡endereza tu camino ante mi vista!


Tu rebaño habita en ella; por tu bondad preparas lo necesario para el pobre pueblo, oh Dios.


Lluvia de beneficios derramaste, oh Dios: cuando tu herencia estaba cansada, tú la reanimaste.


Enséñame tu camino, oh Jehová; andaré en tu verdad; aúna los sentimientos de mi corazón para temer tu nombre.


¡Bienaventurado el hombre a quien tú, oh Jehová, corriges, y enseñas en tu ley;


y tus oídos oirán una voz a tus espaldas, que diga: ¡Éste es el camino, andad en él! Siempre que os torciereis a la derecha o a la izquierda.


Y habrá allí una calzada y camino, que será llamado camino de Santidad: no lo transitará el inmundo; sino que Él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.


¿Habrá acaso entre las vanidades de los paganos quien haga llover? ¿o pueden los cielos mismos dar aguaceros? ¿no eres tú más bien, oh Jehová, Dios nuestro? Esperaremos pues en ti, porque tú haces todas estas cosas.


para que nos manifieste Jehová tu Dios cuál sea el camino en que debemos andar, y cuál la cosa que nos conviene hacer.


Así dice Jehová: Deteneos en medio de los caminos, y mirad; y preguntad cuáles sean las sendas antiguas, y dónde está el camino bueno; y andad en él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mas ellos dijeron: ¡No andaremos en él!


¡Alegraos pues, oh hijos de Sión, y regocijaos en Jehová vuestro Dios! porque él os da la lluvia temprana en justa medida, y hace descender sobre vosotros los aguaceros, la lluvia temprana y tardía, como anteriormente.


Pues caminarán muchas naciones, diciendo: ¡Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la Casa del Dios de Jacob! y él nos enseñará en cuanto a sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.


Y le enviaron sus discípulos juntos con los Herodianos, que le decían:  Maestro, sabemos que eres veraz, y enseñas con verdad el camino de Dios; ni te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.


Y en cuanto a mí, nunca permita Dios que yo peque contra Jehová en cesar de rogar por vosotros; antes bien yo os dirigiré por el camino bueno y recto:


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