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1 Reyes 3:9 - Biblia Version Moderna (1929)

9 Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo, para poder distinguir entre el bien y el mal; porque ¿quién es capaz de juzgar este tu pueblo tan grande?

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Biblia Reina Valera 1960

9 Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Dame un corazón comprensivo para que pueda gobernar bien a tu pueblo, y sepa la diferencia entre el bien y el mal. Pues, ¿quién puede gobernar por su propia cuenta a este gran pueblo tuyo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Concéde pues a tu servidor que sepa juzgar a tu pueblo y pueda distinguir entre el bien y el mal. ¿Quién podría en realidad gobernar bien a un pueblo tan importante?

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Da pues a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque, ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Concede, pues, a tu siervo un corazón prudente, para que sepa juzgar a tu pueblo y discernir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién es capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan considerable?'.

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1 Reyes 3:9
36 Tagairtí Cros  

Dijo entonces tu sierva: Ruégote que la respuesta de mi señor el rey sea tranquilizadora; puesto que como un ángel de Dios, así es mi señor el rey para entenderse en lo bueno y lo malo. ¡Y Jehová tu Dios sea contigo!


Y toda la tierra procuraba ver el rostro de Salomón, para oír su sabiduría que había puesto Dios en su corazón;


Y esta petición agradó al Señor, por haber pedido Salomón semejante cosa.


Y oyó todo Israel el fallo que había dado el rey; y temieron todos delante de él: porque vieron que había en él sabiduría de Dios, para administrar justicia.


Déte tan sólo Jehová cordura y entendimiento, para que, habiéndote él nombrado rey sobre Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios.


Da también a Salomón mi hijo un corazón sincero, para que guarde tus mandamientos, y tus testimonios, y tus estatutos, a fin de que lo cumpla todo, y edifique el palacio, para el cual yo he hecho apresto.


Dame ahora sabiduría y ciencia, para que yo pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque ¿quién podrá juzgar este tu pueblo tan grande?


Eternamente justos son tus testimonios; ¡dame entendimiento, y viviré! QOPH


¡Dame entendimiento, y guardaré tu ley; sí, la observaré de todo corazón.


Tus manos me hicieron y me formaron; ¡dame entendimiento para que aprenda tus mandamientos!


La sabiduría del hombre prudente está en entender su camino; pero la necedad de los insensatos es el engaño de ellos mismos.


¡Cuánto más provechoso es ganar la sabiduría que el oro! y el adquirir entendimiento es mejor que la ganancia de plata.


El oído que oye, y el ojo que ve, Jehová los ha hecho a entrambos.


La sabiduría es tan buena como una herencia, y es cosa provechosa para los que ven el sol.


La sabiduría fortalece al sabio más que diez príncipes que haya en una ciudad.


Mas yo contesté: ¡Ay Jehová, Señor! ¡he aquí que no sé hablar, porque soy niño!


¿Y por ventura tú buscas cosas grandes para ti mismo? ¡No las busques! pues he aquí que voy a traer el mal sobre toda carne, dice Jehová: pero tu vida te será dada como despojo arrebatado, en todos los lugares adonde tú fueres.


Asimismo él muda los tiempos y los plazos; él quita los reyes, y establece los reyes; él da sabiduría a los sabios, y ciencia a los que poseen inteligencia.


Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento; mas el que viene después de mí, más poderoso es que yo, cuyos zapatos no soy digno de llevarle:  él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.


Pero Juan quería estorbárselo del todo, diciendo:  Yo he menester ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?


¶De mí mismo no puedo hacer nada: según oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no procuro mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.


a los unos, somos olor de muerte para muerte; y a los otros, olor de vida para vida. ¿Y quién es suficiente para tales cosas?


no que seamos de nosotros mismos suficientes para reputar cosa alguna como procedente de nosotros mismos; sino que nuestra suficiencia es de Dios:


Por lo cual no seáis insensatos, sino entended cuál sea la voluntad del Señor.


de modo que podáis aprobar las cosas que son excelentes; a fin de que seáis sinceros e irreprensibles hasta el día de Cristo;


Pero el alimento sólido es de los hombres hechos; es decir, de aquéllos que por medio del uso, tienen sus sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.


¶Empero si a cualquiera de vosotros le falta sabiduría, pídasela a Dios, el cual da con largueza a todos, y no zahiere; y le será dada.


Pero la sabiduría que es de arriba, es primeramente pura, luego pacífica, apacible, propensa a complacer, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad, sin hipocresía.


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