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1 Reyes 21:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 De modo que Acab volvió a su casa adusto y enojado, a causa de la respuesta que le había dado Nabot jezreelita, diciendo: No te daré la herencia de mis padres. Con lo cual se echó sobre su cama, y apartó su rostro, y no comió nada.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces Acab regresó a su casa enojado y de mal humor por la respuesta de Nabot, y se acostó de cara a la pared y no quiso comer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ajab volvió a su casa descorazonado y muy enojado por esa respuesta de Nabot de Jezrael: 'No cederé la herencia de mis padres'. Se acostó en su cama, volvió la cara para la pared y no quería comer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y Acab se fue a su casa decaído y enfadado a causa de las palabras que le había hablado Nabot jezreelita, pues él le había dicho: ¡No te daré la heredad de mis padres! Y se acostó en su cama, volvió su rostro y no quiso comer pan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Ajab entró en su casa triste e irritado por la respuesta que le había dado Nabot de Yizreel, al decirle: 'No te entregaré la heredad de mis padres'. Se acostó en su lecho, volvió el rostro hacia la pared y no quiso comer.

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1 Reyes 21:4
21 Tagairtí Cros  

Y se vió Amnón en apuros, hasta ponerse enfermo, a causa de su hermana Tamar; porque como era virgen, le parecía a Amnón que sería árdua empresa hacerle cosa alguna.


Éste pues le dijo: ¿Por qué tú, siendo hijo del rey, vas macilento de día en día? ¿no quieres decírmelo? Y Amnón le respondió: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalom.


Por lo cual se fué el rey de Israel a su casa adusto y enojado; y así entró en Samaria.


Y DESPUÉS de estas cosas aconteció, que, teniendo Nabot  jezreelita una viña que estaba en Jezreel, junto al palacio de Acab, rey de Samaria,


Nabot empero respondió a Acab: ¡Nunca permita Jehová que yo te dé la herencia de mis padres!


Por tanto vino a él Jezabel su mujer, y le dijo: ¿Cómo es esto, que tu espíritu está tan triste, y que no comes nada?


¡Mas todo esto de nada me aprovecha, mientras yo vea al judío Mardoqueo sentado en la puerta del rey!


Porque al necio le mata el encono, y al simple le hace morir la envidia.


Lo de que más vale la vista de los ojos que el vago andar del deseo, ¡esto también es vanidad y correr tras el viento!


MAS esto a Jonás le desagradó en gran manera, y se enojó.


Y le dijo Jehová: ¿Haces bien en enojarte tanto?


Y aconteció que cuando se levantó el sol, previno Dios un viento solano abrasador; y el sol dió sobre la cabeza de Jonás, de tal modo que desfallecía, y pidió para sí la muerte; diciendo: ¡Para mí mejor es morir que vivir!


¶Y dijo Dios a Jonás: ¿Haces bien en enojarte a causa de la calabacera? A lo cual respondió: ¡Sí, hago bien en enojarme, hasta querer morir!


sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, cuando es arrastrado y halagado por ella.


Pero él se negó, diciendo: No comeré.  Mas porfiaron con él sus siervos juntamente con la mujer, de manera que escuchó su voz, y levantóse de la tierra, y sentóse sobre la cama.


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