1 Reyes 21:19 - Biblia Version Moderna (1929)19 y le hablarás, diciendo: Así dice Jehová: ¿Has matado, y también has tomado posesión? Luego le hablarás, diciendo: Así dice Jehová: ¡En el mismo sitio donde lamieron los perros la sangre de Nabot, perros lamerán tu sangre, la tuya misma! Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196019 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente19 Dale el siguiente mensaje: “Esto dice el Señor: ‘¿No te bastó con matar a Nabot? ¿También tienes que robarle? Por lo que has hecho, ¡los perros lamerán tu sangre en el mismo lugar donde lamieron la sangre de Nabot!’”». Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)19 Le dirás esta palabra de Yavé: '¡Así que matas y luego te apoderas de la herencia! Escucha pues esto: allí donde los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también tu propia sangre'. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion19 Y le hablarás diciendo: Así dice YHVH: ¿Has asesinado, y también tomas posesión? Y le hablarás diciendo: Así dice YHVH: En el mismo sitio donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros también lamerán tu sangre. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197519 Y le has de hablar de esta manera: 'Así dice Yahveh: además de haberlo matado, ¿te apropiarás lo suyo?'. Y añadirás: 'Así habla Yahveh: en el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también la tuya''. Féach an chaibidil |
Entretanto Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos de la ciudad estaban sentados con él; y envió el rey un hombre a este efecto. Mas antes que llegara el enviado a donde él estaba, dijo Eliseo a los ancianos: ¡Ved cómo ha enviado aquel hijo de homicida a quitarme la cabeza! Mirad que cuando llegue el enviado, le cerréis la puerta, y le rechacéis con la puerta misma; ¿acaso no se oye en pos de él el sonido de los pies de su señor?