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1 Pedro 1:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 a quien amáis, sin haberle visto; en quien, aunque ahora no le veis, mas creyendo, os regocijáis con gozo inefable y lleno de gloria;

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Biblia Reina Valera 1960

8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y nadie sabría expresar su alegría celestial'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 a quien amáis sin haberlo visto, en quien aun no viéndolo, pero creyendo, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Sin haberlo visto, lo amáis; y sin verlo por ahora, pero creyendo en él, experimentáis un gozo inefable y glorioso

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1 Pedro 1:8
37 Tagairtí Cros  

Dime, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas tu rebaño; dónde lo haces sestear al medio día; pues ¿por qué he de ser yo como alguna tapada, junto a los rebaños de tus compañeros?


su boca es la dulzura misma, ¡en fin, él es del todo amable! ¡Tal es mi amado y tal mi amigo, oh hijas de Jerusalem!


¿Qué es tu amado más que cualquier otro amado, oh tú, la más hermosa entre las mujeres? ¿qué es tu amado más que cualquier otro amado, para que así nos conjures?


El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí;


Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;


El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama: y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.


El que no me ama, no guarda mis palabras: y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.


Vosotros, pues, ahora tenéis tristeza; mas yo os veré otra vez, y se regocijará vuestro corazón, y ninguno os quitará vuestro gozo.


Le dice Jesús: Porque me has visto, has creído: ¡bienaventurados aquellos que no han visto, y han creído!


Les dijo Jesús: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mi; porque yo procedí y he venido de Dios: porque no vine de mí mismo, sino que él me envió.


Y los condujo arriba a la casa, y puso delante de ellos de comer, y se regocijaba grandemente, con toda su casa, habiendo creído en Dios.


porque el reino de Dios no es el comer y el beber, sino la justicia, y la paz, y el gozo en el Espíritu Santo.


Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, por medio de la fe, para que abundéis en esperanza, en virtud del poder del Espíritu Santo.


Si alguno no ama al Señor Jesucristo, ¡sea anatema! ¡Maran-atha!


el cual nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.


fué arrebatado al Paraíso, y oyó palabras inefables, que no es lícito a un hombre hablarlas.


no mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que aun no se ven; porque las cosas que se ven, son temporales, mas las que no se ven aún, son eternas.


(pues andamos por fe, y no por vista);


¡Gracias a Dios por su don inefable!


¶Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad,


Pues que en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale algo, ni tampoco la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.


y conocer el amor de Cristo, que sobrepuja a todo conocimiento; para que seáis llenos de ello, hasta la medida de toda la plenitud de Dios.


La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo en sinceridad. Amén.


Estando pues persuadido de esto, ya sé que me quedaré y permaneceré con todos vosotros, para vuestro adelantamiento y gozo en la fe;


Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, los cuales adoramos a Dios en espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos confianza alguna en la carne.


¶¡Regocijaos en el Señor siempre! otra vez lo diré: ¡Regocijaos!


Y ES la fe la seguridad que se tiene de cosas esperadas, la prueba que hay de cosas que aun no se ven.


Por fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque persistía como si viera al que es invisible.


En lo cual os regocijáis, aunque ahora por un poco de tiempo (ya que es necesario) habéis sido entristecidos con diversas tentaciones;


Para vosotros pues que creéis, él es precioso: mas para los que no creen, la piedra que rechazaron los edificadores, ella misma ha venido a ser cabeza del ángulo,


y cuando fuere manifestado el Pastor principal, recibiréis la corona inmarcesible de gloria.


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