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1 Corintios 7:25 - Biblia Version Moderna (1929)

25 ¶Respecto de las vírgenes, no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser digno de confianza.

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Biblia Reina Valera 1960

25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Ahora, con respecto a la pregunta acerca de las jóvenes que todavía no se han casado, para ellas no tengo ningún mandato del Señor. Pero el Señor, en su misericordia, me ha dado sabiduría digna de confianza, que les transmitiré a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Respecto a los que se mantienen vírgenes, no tengo mandato alguno del Señor; pero los consejos que les doy son los de un hombre a quien el Señor en su bondad ha hecho digno de crédito.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Acerca de las doncellas, no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión° como uno que ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Con respecto a los solteros, no tengo precepto alguno del Señor, sino que doy mi parecer como digno de fe que soy, por la misericordia del Señor.

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1 Corintios 7:25
15 Tagairtí Cros  

Devoró el fuego a sus mancebos, y sus vírgenes no fueron pedidas en matrimonio.


Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fué dada, no fué en vano; antes bien he trabajado más abundantemente que todos ellos; mas no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo.


Aquí, además, se requiere en los administradores que sea uno fiel.


A los casados empero ordeno, mas no yo, sino el Señor: Que no se separe la mujer de su marido


Mas en cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no cree, y ella está contenta en habitar con él, no la abandone.


Mas aun cuando te casares, no pecas; y si una virgen se casare, no peca. Pero los tales tendrán tribulación en la carne; y yo quisiera perdonárosla.


Y hay diferencia también entre la mujer y la virgen. La que no es casada se afana por las cosas del Señor, para que pueda ser santa, tanto en cuerpo como en espíritu: mas la que es casada, se afana por las cosas del mundo, pensando en cómo agradar a su marido.


Pero será más feliz si permaneciere así como está, según mi opinión; y pienso que yo también tengo el Espíritu de Dios.


Mas esto lo digo por vía de concesión, no por vía de mandato:


Lo que hablo, no según el Señor lo hablo, sino como con insensatez, en esta misma confianza de gloriarme.


Pues no somos como los muchos que conocéis que hacen un comercio de la palabra de Dios; sino al contrario, como hombres de sinceridad, y como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.


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