Salmos 48:9 - Biblia Martin Nieto

⁹ Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor omnipotente, en la ciudad de nuestro Dios: Dios la ha afirmado para siempre.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, En medio de tu templo.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Oh Dios, meditamos en tu amor inagotable mientras adoramos en tu templo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Oh Dios, recordamos tus favores en los patios de tu Templo;'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ Nos acordamos de tu misericordia, oh ’Elohim, En medio de tu templo;

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Como habíamos oído, así hemos visto en la ciudad del Señor de los ejércitos. En la ciudad de nuestro Dios: Dios la tiene fijada para siempre. Selah

Salmos 48:9 Tagairtí Cros

1 Reyes 10:6

y dijo al rey: 'Realmente es verdad todo lo que yo había oído en mi tierra de tus obras y de tu sabiduría.

1 Reyes 10:7

Yo no lo quería creer hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos, pero reconozco que no se me había dicho ni la mitad. Tu sabiduría y grandeza sobrepasan la fama que había llegado a mis oídos.

Salmos 104:34

Ojalá le agrade mi poema, pues sólo en él encuentro mi alegría.

Salmos 26:3

tengo siempre tu lealtad ante mis ojos y camino siempre en tu verdad.

Salmos 40:10

Pregoné tu justicia a la gran asamblea, no he cerrado mis labios; tú lo sabes, Señor.

Salmos 87:5

Se dirá de Sión: 'Uno a uno, todos han nacido en ella, y el mismo altísimo es el que la sostiene'.

Cantares 1:4

Arrástrame tras de ti: ¡corramos! El rey me ha llevado a sus estancias. Seamos felices y gocemos contigo. Celebremos tus amores más que el vino. ¡Con cuánta razón se enamoran de ti!

Isaías 26:8

Sí, en el camino de tus juicios esperamos en ti, Señor; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

Jeremías 31:40

Y todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, así como todos los campos a lo largo del torrente Cedrón, hasta el ángulo de la puerta de los Caballos por oriente, serán consagrados al Señor; no volverán a ser destruidos ni devastados jamás.