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Salmos 17:8 - Biblia Martin Nieto

8 guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Reina Valera 1960

8 Guárdame como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus alas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuídame como cuidarías tus propios ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Guárdame como a la niña de tus ojos, Escóndeme a la sombra de tus alas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,

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Salmos 17:8
16 Tagairtí Cros  

tu justicia es cual los montes más altos, tus juicios como el inmenso abismo. Tú, Señor, salvas a los hombres y a las bestias;


oh Dios, ¡qué precioso es tu amor! Los hombres se cobijan a la sombra de tus alas,


Al maestro de coro. Según 'No destruyas'. Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva


Piedad, Dios mío; ten piedad de mí, pues mi refugio lo he buscado en ti; me refugio a la sombra de tus alas hasta que haya pasado el infortunio.


pues tú eres mi refugio, torre potente frente al enemigo.


Ojalá pueda habitar en tu tienda eternamente y encontrar refugio al abrigo de tus alas.


Cuando estoy en la cama pienso en ti, en ti medito en los insomnios de la noche,


Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,


te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su lealtad será para ti escudo y armadura.


Guarda mis preceptos y vivirás; que sea mi enseñanza como la niña de tus ojos.


y le dijo: Corre y di a este joven: Jerusalén será una ciudad abierta a causa de la cantidad de hombres y animales que habrá en ella.


'¡J erusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas y no has querido!


'¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como una gallina a sus polluelos bajo las alas, y no has querido!


Encontró a su pueblo en el desierto, / en la soledad rugiente de la desolación. / Lo abrazó y se cuidó de él; / lo guardó como la niña de sus ojos.


Que el Señor pague tu acción y que tu recompensa sea grande ante el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte'.


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