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Nehemías 9:19 - Biblia Martin Nieto

19 Ni siquiera entonces tú, en tu inmensa bondad, los abandonaste en el desierto: no se apartó de ellos la nube que durante el día los guiaba en su camino, ni la columna de fuego que por la noche alumbraba su ruta.

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Biblia Reina Valera 1960

19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 »En tu gran misericordia no los abandonaste para que murieran en el desierto. La columna de nube todavía los guiaba de día, y la columna de fuego les mostraba el camino durante la noche.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Pero tú, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en medio del desierto; la columna de nubes no los dejó, sino que los guiaba de día por el camino, y de noche la columna de fuego alumbraba ante ellos el camino por donde iban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Pero Tú, por tus muchas misericordias, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apartó de ellos para guiarlos por el camino de día, ni la columna de fuego para alumbrarles el camino por el cual debían andar durante la noche.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 ni aun entonces, por tu gran misericordia, los desamparaste en el desierto: no se apartó de ellos la columna de nube por el día, para guiarlos en el camino, ni la de fuego por la noche, para alumbrarles el camino que habían de seguir.

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Nehemías 9:19
23 Tagairtí Cros  

Los guiaste de día mediante una columna de nube, de noche con una columna de fuego para alumbrarles el camino que tenían que seguir.


Entonces tú los entregaste en manos de sus enemigos, que los oprimieron. En el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú les escuchaste desde el cielo, y en tu gran bondad les diste liberadores que los salvasen de las manos de sus enemigos.


Pero en tu inmensa bondad no los aniquilaste ni los abandonaste, porque eres un Dios clemente y misericordioso.


se acordó de la alianza que había hecho con ellos, por su inmenso amor cambió de proceder:


Él guió a su pueblo a través del desierto, porque es eterno su amor;


Cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los israelitas emprendían la marcha para cubrir cada una de las etapas de su viaje.


La nube del Señor se posaba de día sobre el tabernáculo, y durante la noche brillaba como fuego a la vista de toda la casa de Israel en todas las etapas del viaje.


Recuerda esto, Jacob, y tú, Israel, que eres mi siervo. Yo te he formado, siervo mío eres, Israel; no te olvidaré.


Las bondades del Señor no se han acabado, ni se han agotado sus misericordias.


Sin embargo, cambié otra vez de propósito en honor a mi nombre para que no fuese vilipendiado ante las gentes, en cuya presencia los había hecho salir.


No obstante, mis ojos se compadecieron de ellos y dejé de pensar en exterminarlos y aniquilarlos en el desierto.


Pero una vez más retiré mi mano y cambié de propósito en honor a mi nombre, para que no fuese vilipendiado ante las gentes, en cuya presencia los había hecho salir.


Inclina, Dios mío, tus oídos y escucha. Abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. Oh, no; no apoyados en nuestras obras justas presentamos nuestras súplicas ante ti, sino en tu gran misericordia.


Al Señor Dios nuestro la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él


Pues yo, el Señor, no cambio; y vosotros no dejáis de ser hijos de Jacob.


y lo pondrán en conocimiento de los habitantes de esta tierra. Saben que tú, oh Señor, estás en medio de tu pueblo, que te dejas ver cara a cara, que tu nube se posa sobre ellos, que vas delante de ellos de día en columna de nube y de noche en columna de fuego.


Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos.


El Señor no rechazará a su pueblo por la gloria de su gran nombre, porque el Señor se ha dignado hacer de vosotros su pueblo.


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