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Nehemías 8:9 - Biblia Martin Nieto

9 Entonces Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote-escriba, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: 'Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes, no lloréis'. Porque todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban para el pueblo dijeron: «¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día sagrado delante del Señor su Dios». Pues todo el pueblo había estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 En esa ocasión, su excelencia Nehemías y el sacerdote escriba Esdras, junto con los levitas que instruían al pueblo, le dijeron a éste: '¡Este es un día santo para Yavé nuestro Dios! ¡No estén tristes! ¡No lloren!' Pues todo el pueblo estaba llorando mientras oía las palabras de la ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y mientras escuchaba las palabras de la Ley, todo el pueblo lloraba; entonces Nehemías, el gobernador, y Esdras, sacerdote y escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Hoy es día santo para YHVH vuestro Dios; no os lamentéis ni lloréis.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, sacerdote y escriba, y los levitas que instruían al pueblo, dijeron a todo el pueblo: 'Este día está consagrado a Yahveh, vuestro Dios. No hagáis duelo ni lloréis'. Pues todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.

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Nehemías 8:9
30 Tagairtí Cros  

Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras


Por haberse conmovido tu corazón y haberte humillado delante del Señor al oír las palabras con que él ha amenazado a este lugar y a sus habitantes, el terror y la maldición, y haber llorado delante de mí, yo también te he escuchado, dice el Señor.


Durante mucho tiempo Israel habrá de vivir lejos del Dios verdadero, sin sacerdotes que lo instruyan y sin ley;


Ezequías tuvo palabras de elogio para todos los levitas que se habían distinguido en el servicio del Señor. Celebraron la fiesta durante siete días, inmolando las víctimas de los sacrificios de reconciliación y cantando las alabanzas del Señor, Dios de sus padres.


Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras


'Id y consultad al Señor por mí y por todos los supervivientes en Israel y en Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, pues la cólera del Señor se ha encendido contra nosotros, porque nuestros padres no hicieron caso de las palabras de este libro, cumpliendo lo que está escrito en él'.


Luego dijo a los levitas encargados de instruir a todo Israel y consagrados al Señor: 'Colocad el arca santa en el templo que edificó Salomón, hijo de David, y rey de Israel; ya no será un peso para vuestros hombros. Ahora serviréis al Señor, vuestro Dios, y a su pueblo Israel.


y el gobernador les prohibió comer alimentos sagrados hasta que se presentase un sacerdote para consultar las suertes.


Copia del decreto que el rey Artajerjes entregó a Esdras, sacerdote y escriba experto en la ley del Señor y en sus prescripciones sobre Israel:


Por todo esto, aceptamos hoy un compromiso firme, escrito, sellado y firmado por nuestros jefes, levitas y sacerdotes.


Éstos vivían en tiempo de Joaquín, hijo de Josué, hijo de Yosadac, y en tiempo de Nehemías, el gobernador, y de Esdras, el sacerdote-escriba.


y el gobernador les prohibió comer alimentos sagrados hasta que se presentase un sacerdote para consultar las suertes.


Entre los cabezas de familia dieron al tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas minas de plata.


El día primero del séptimo mes, el sacerdote Esdras presentó la ley ante la comunidad, integrada por hombres y mujeres y cuantos tenían uso de razón.


un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;


a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceniza, perfume de alegría en lugar del vestido de luto, alabanza en lugar de espíritu abatido. Se les llamará encinas de justicia, plantación del Señor para su gloria.


Mi pueblo será reducido al silencio por falta de ciencia; tú has rechazado el saber, y yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; has olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


'Di a los israelitas: el día primero del séptimo mes será para vosotros día de descanso y de asamblea santa, convocada a son de trompeta.


Otra cosa hacéis también vosotros: cubrís de lágrimas, de llantos y gemidos el altar del Señor porque él no acepta ya vuestras ofrendas ni recibe con agrado lo que presentan vuestras manos.


Porque por las obras de la ley no será justificado mortal alguno delante de él; pues por la ley tenemos solamente el conocimiento del pecado.


En un tiempo en que no había ley, yo estaba vivo; pero cuando llegó el mandamiento, el pecado revivió,


Allí os regocijaréis en presencia del Señor, vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos e hijas, vuestros siervos y siervas y el levita que habita entre vosotros, ya que él no tiene parte ni herencia con vosotros.


Allí comeréis en presencia del Señor y os alegraréis por todas las empresas de vuestras manos en las que el Señor, vuestro Dios, os haya bendecido.


En presencia del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él para hacer habitar su nombre, allí te regocijarás tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad.


Nada de ello he comido estando de luto, nada he consumido en estado de impureza, ni lo he ofrecido a un muerto. He obedecido al Señor, mi Dios, y he cumplido todo lo que me has ordenado.


que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza.


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