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Nehemías 13:13 - Biblia Martin Nieto

13 Puse al cargo de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedayas y, como adjunto, a Janán, hijo de Zacur y nieto de Matanías, porque eran tenidos como personas de confianza. Su misión era hacer las reparticiones entre sus hermanos.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Y puse por mayordomos de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Pedaías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y ellos tenían que repartir a sus hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Como supervisores de los depósitos asigné al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Como ayudante de ellos nombré a Hanán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Estos hombres gozaban de una excelente reputación, y su tarea consistía en hacer distribuciones equitativas a sus compañeros levitas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Encargué los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y al levita Pedaías y les di como ayudante a Janán hijo de Zacur, hijo de Matanías, porque tenían fama de ser honrados. Les encargué la repartición a sus hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y puse por tesoreros a cargo de los depósitos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Pedaías. Junto a ellos estaba Hanán ben Zacur, hijo de Matanías, porque eran considerados fieles, y les correspondió repartir entre sus hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Nombré encargados de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y al levita Pedayas, y como adjunto de ellos, a Janán, hijo de Zacur, hijo de Matanías, pues tenían fama de personas honradas. Corría a su cargo hacer el reparto entre sus hermanos.

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Nehemías 13:13
20 Tagairtí Cros  

sino que se entregaba a los encargados de las obras, para que con él reparasen el templo del Señor.


Y no se pedía cuentas a los hombres en cuyas manos se ponía el dinero para darlo a los obreros, porque se portaban con fidelidad.


Pero que no se les pida cuentas del dinero que se les dé, porque se portan fielmente'.


traer además a los sacerdotes, a las salas del templo de nuestro Dios, las primicias de nuestra harina, de los frutos de toda clase de árboles, del vino y del aceite; y dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas -los levitas mismos lo recogerán en todas las ciudades de nuestra labranza-.


El jefe de los levitas en Jerusalén era Uzí, hijo de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Matanías, hijo de Micá, de los descendientes de Asaf, que eran cantores en el servicio del templo de Dios,


y de los sacerdotes iban, provistos de trompetas, Zacarías, hijo de Jonatán, hijo de Semayas, hijo de Matanías, hijo de Miqueas, hijo de Zacur, hijo de Asaf,


En aquel tiempo se nombraron intendentes de los almacenes destinados a guardar las provisiones, las ofrendas, las primicias y los diezmos, para que recogiesen de ellas, del territorio de las diversas ciudades, las porciones legales correspondientes a los sacerdotes y levitas, pues los de Judá estaban contentos con los sacerdotes y levitas en funciones.


A continuación Jananías, hijo de Selemías, y Janún, sexto hijo de Salaf, repararon otro trecho. A continuación trabajó Mesulán, hijo de Baraquías, frente a su casa.


Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Jananí y a Jananías, comandante de la ciudadela, porque era un hombre fiel y temeroso de Dios más que los otros,


Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera levantada al efecto; y junto a él estaban, a su derecha, Matitías, Semá, Ananías, Urías, Jelcías y Maasías; y a su izquierda, Pedayas, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán.


El Señor contestó: '¿Quién es, entonces, el administrador fiel y prudente, para que dé a la servidumbre la comida a su hora?


lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartía a cada uno según sus necesidades.


Como el número de los discípulos aumentaba, los griegos se quejaron contra los hebreos porque descuidaban a sus viudas en el suministro cotidiano.


Elegid, pues, cuidadosamente entre vosotros, hermanos, siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encomendaremos este servicio;


Ahora bien, lo que se pide a los administradores es que sean fieles.


Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me ha fortalecido y me ha juzgado digno de confianza llamándome a su servicio


Primero, que sean probados; y si son irreprochables, que ejerzan el ministerio del diaconado.


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