Lamentaciones 3:7 - Biblia Martin Nieto

⁷ Me ha cerrado en un cerco sin salida, ha hecho pesadas mis cadenas.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁷ Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas;

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁷ Me cercó con un muro, y no puedo escapar; me ató con pesadas cadenas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁷ Me encarceló y no puedo salir, me puso pesadas cadenas.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁷ g Me ha cercado sin salida, me ha cargado de cadenas;°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁷ Guímel. Me amuralló, y no puedo salir; hizo más pesadas mis cadenas.

Lamentaciones 3:7 Tagairtí Cros

Job 19:8

Él me ha cerrado el camino y no puedo pasar, ha cubierto mis senderos de tinieblas.

Job 3:23

a un hombre cuyo camino se ha borrado y a quien Dios asedia por todas partes?

Salmos 88:8

has descargado tu ira contra mí, me has hundido bajo el peso de tus olas;

Salmos 88:9

has alejado de mí a mis compañeros, has hecho que al verme se horroricen de mí: me encuentro encerrado y sin salida,

Jeremías 38:6

Entonces ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna del príncipe Malquías, situada en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en él.

Jeremías 40:4

En cuanto a ti, yo te libro ahora de las cadenas que tienes en las manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven, que yo cuidaré de ti; pero si no quieres venir conmigo a Babilonia, quédate. Mira, todo el país está ante ti: Vete adonde prefieras.

Lamentaciones 1:14

Ha uncido mis pecados sobre mí, su mano los ha entrelazado. Sobre mi cuello el yugo me quebranta las fuerzas. El Señor me ha entregado en sus manos y no puedo levantarme.

Lamentaciones 3:9

Ha cortado mis caminos con piedras sillares, ha cerrado mis senderos.

Lamentaciones 5:5

El yugo a nuestro cuello, estamos oprimidos, extenuados, y no se nos da respiro.

Daniel 9:12

Y él ha cumplido las amenazas que pronunció contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría caer sobre nosotros un desastre tan grande como no ha habido jamás otro bajo el cielo, como le ha sucedido a Jerusalén.

Oseas 2:6

No amaré más a sus hijos, porque son hijos de prostitución.