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Lamentaciones 1:11 - Biblia Martin Nieto

11 Todo su pueblo suspira buscando pan; dan sus joyas a cambio de comida, por sustentar la vida. '¡Mira, Señor, y observa qué envilecida estoy!'.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Todo su pueblo buscó su pan suspirando; Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entretener la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Su pueblo gime en busca de pan; vendieron sus tesoros para comprar comida y mantenerse con vida. «Oh Señor, mira —se lamenta— y observa cómo me desprecian.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Todo su pueblo gime y busca pan. Entregan sus joyas a cambio de comida, para conservar la vida. 'Mira, ¡oh Yavé!, y observa a qué humillación he llegado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 k Todo su pueblo entre gemidos, anda pidiendo pan, Cambian sus tesoros por comida, para recobrar la fuerza.° ¡Mira, oh YHVH, y contempla cómo estoy envilecida!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Kaf. Todo su pueblo gime buscando pan; dan sus joyas a cambio de alimento para conservar la vida. Mira, Yahveh, y observa cuán abatida estoy.

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Lamentaciones 1:11
20 Tagairtí Cros  

El asedio fue tan largo que se originó un hambre muy grande, hasta el punto de que una cabeza de asno llegó a costar ochenta monedas de plata, y un cuarto de puerros, cinco monedas de plata.


Heme aquí, mezquino soy; ¿qué puedo responderte? ¡Pongo la mano en la boca!


Nos hemos hecho irrisión de los vecinos, escarnio y burla de cuantos nos rodean.


Entonces me dijo el Señor: 'Si vuelves, yo te haré volver y continuarás a mi servicio; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Ellos volverán a ti, no tú a ellos.


Le haré comer la carne de sus hijos y la de sus hijas, y se devorarán mutuamente en la extrema angustia del asedio y en medio de los apuros con que les estrujarán sus enemigos, los que buscan su muerte.


'Oh rey, mi señor, mal han procedido todos esos hombres en todo lo que han hecho al profeta Jeremías. Lo han echado en la cisterna, donde va a morir de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad'.


El día nueve del mes cuarto, debido al hambre que se apoderaba de la ciudad y a la falta de víveres para la población,


Mucho ha pecado Jerusalén, se ha vuelto objeto de horror; todos los que la honraban la desprecian, porque han visto su desnudez. Ella también gime y se vuelve de espaldas.


¡Hasta en sus ropas hay inmundicia! No pensaba en este fin; se hundió estruendosamente ¡y nadie la consuela! Mira, Señor, su aflicción, que el enemigo triunfa.


Mis ojos están en lágrimas sumidos, mis entrañas se estremecen; mi hiel por tierra derramada, por la caída de la hija de mi pueblo, cuando desfallecían niños y lactantes en las plazas de la ciudad.


Decían a sus madres: '¿Dónde está el pan y el vino?', mientras caían como heridos en las plazas de la ciudad y exhalaban su espíritu en el regazo de sus madres.


Mira, Señor, y considera: ¿a quién has tratado alguna vez así? ¡Ay! ¡Las madres han comido a sus vástagos, a los hijos de sus caricias! ¡Fueron asesinados en el santuario del Señor sacerdote y profeta!


¡Acuérdate, Señor, de lo que nos ha sobrevenido, mira y considera nuestra afrenta!


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