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Jeremías 51:20 - Biblia Martin Nieto

20 Tú has sido un martillo en mis manos, un arma de guerra. Contigo he machacado a las naciones, contigo he destruido muchos reinos;

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Biblia Reina Valera 1960

20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 «Tú eres mi hacha de guerra y mi espada —dice el Señor—. Contigo destrozaré naciones y destruiré muchos reinos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Yo te usé como un martillo, como una maza para el combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Tú° fuiste mi mazo y mis armas de guerra: Por medio de ti he hecho pedazos las naciones, Por medio de ti aniquilé reinos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Martillo fuiste para mí, instrumento de guerra. Contigo martillé naciones, contigo destruí reinos;

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Jeremías 51:20
20 Tagairtí Cros  

¿Presume acaso el hacha contra quien la maneja? ¿Se envanece la sierra contra aquel que la mueve? ¡Como si el palo mandase a quien lo alza o el bastón impulsara a aquel que no es madera!


¡Ay de Asiria, vara de mi cólera, bastón que blande mi furor!


Vienen de países lejanos, de los confines del cielo, el Señor y los instrumentos de su cólera a devastar toda la tierra.


¿Lo oyes bien? Desde hace mucho he preparado esto; desde tiempos lejanos lo he trazado, y ahora lo ejecuto: tú tenías que convertir las ciudades fortificadas en un montón de ruinas.


Esto dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien yo tomé de la mano para someter a las naciones y desatar las cinturas de los reyes; para abrir puertas ante él sin dejar que se cierren:


Enteraos, pueblos: ¡seréis aplastados! Prestad oído, tierras lejanas; tomad las armas: seréis aplastados; tomad las armas: seréis aplastados.


Todo este país será convertido en ruinas, en desolación, y permanecerán en esclavitud entre las naciones durante setenta años.


yo mando a buscar a todas las tribus del norte -dice el Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de los contornos; las aniquilaré y las dejaré convertidas en objeto de horror, de escarnio y de oprobio perpetuo.


¡Cómo ha sido roto, hecho pedazos, el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha quedado hecha un horror Babilonia entre las naciones!


Y tú, hijo de hombre, ponte a gemir; gime ante su vista con corazón angustiado y amargura.


Esto dice el Señor Dios: Quítate el turbante y la corona. Todo cambiará; lo humilde será exaltado y lo alto será humillado.


Pero ellos no conocen los caminos del Señor, no comprenden sus designios: los ha reunido como gavillas en la era.


Levántate y trilla, hija de Sión. Yo haré tus cuernos de hierro y de bronce tus pezuñas; triturarás a numerosos pueblos, consagrarás su botín al Señor, y sus riquezas al dueño de toda la tierra.


Mirad, ya viene por los montes el mensajero de la buena nueva, el que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus promesas; porque el ser infernal no volverá a pasar por ti, ha sido exterminado por completo.


De Judá saldrá la piedra angular, la estaca de la tienda, el arco de guerra, de él saldrán todos los jefes.


El rey, entonces, se irritó, mandó sus tropas a exterminar a aquellos asesinos e incendió su ciudad.


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