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Jeremías 32:38 - Biblia Martin Nieto

38 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios,

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Biblia Reina Valera 1960

38 y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 y ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Dios,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

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Jeremías 32:38
20 Tagairtí Cros  

Yo establezco mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti de generación en generación. Un pacto perpetuo. Yo seré tu Dios y el de tu descendencia después de ti.


Has afirmado a tu pueblo Israel como pueblo tuyo y para siempre, y tú, Señor, te has hecho su Dios.


Dichoso el pueblo que tiene todo esto, dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor.


No se afanarán en vano, ni engendrarán hijos destinados a la muerte, porque serán una raza bendita del Señor, y con ellos su estirpe.


Volveré a ellos mis ojos y los haré regresar a esta tierra; los restableceré y no los volveré a destruir; los plantaré para no arrancarlos ya.


Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


En aquel tiempo -dice el Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi pueblo.


Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Pero yo me acordé de la alianza pactada contigo en los días de tu juventud y renovaré contigo una alianza eterna.


Habitaréis entonces en la tierra que di a vuestros padres, seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.


Sobre ellos estableceré mi morada; seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


La casa de Israel sabrá que yo, el Señor, soy su Dios, desde aquel día en adelante.


sabrán que yo soy el Señor, su Dios, porque después de haberlos llevado al destierro entre las gentes, los reuní en su territorio sin haber dejado allí ni a uno solo.


Y haré pasar por el fuego a esta tercera parte: la purificaré como se purifica la plata, y la probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le escucharé; yo diré: 'Éste es mi pueblo', y él dirá: 'El Señor es mi Dios'.


y en presencia del Señor, en el lugar elegido por él para hacer habitar en él su nombre, allí comerás el diezmo de tu trigo, de tu mosto, de tu aceite y los primogénitos de tu ganado mayor o menor, para que aprendas a respetar al Señor, tu Dios, en todo momento.


Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse 'su Dios', porque les ha preparado una ciudad.


Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor. Pondré mis leyes en su mente, las escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo.


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