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Isaías 9:20 - Biblia Martin Nieto

20 Manasés a Efraín, Efraín a Manasés, y ambos a dos se lanzan contra Judá. Pero con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Atacarán a su vecino de la derecha pero seguirán con hambre. Devorarán a su vecino de la izquierda, pero no quedarán satisfechos. Al final, se comerán hasta a sus propios hijos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Manasés se come a Efraím, Efraím a Manasés, y ambos se lanzan contra Judá. Ni con eso se le ha pasado el enojo, y su mano sigue amenazante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Cada uno devora la carne de su prójimo Y ninguno perdona a su hermano. Devora a diestra, y sigue con hambre, Devora a siniestra, pero no se harta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Manasés a Efraín, Efraín a Manasés y los dos a Judá. Y ni aun así se calmó su ira, su mano está todavía extendida.

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Isaías 9:20
16 Tagairtí Cros  

El necio se cruza de brazos y come su propia carne.


No queda más que doblegarse entre los prisioneros o sucumbir con los muertos. Y con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.


Entonces los pobres comerán en mis pastos, y los indigentes reposarán en calma; pero a tu raza la haré morir de hambre, y mataré lo que quede.


Sí, el Señor Dios todopoderoso quitará a Jerusalén y a Judá todo apoyo y sostén, todo sostén de pan, todo sostén de agua:


A tus opresores haré comer su propia carne, de su misma sangre se embriagarán como de vino nuevo. Y todo mortal sabrá que yo, el Señor, soy tu salvador y tu redentor, el fuerte de Jacob.


Por eso la ira del Señor se ha encendido contra su pueblo, extendió su mano contra él y lo hirió; temblaron los montes; sus cadáveres fueron como carroña en medio de las calles. Con todo, su cólera no ha amainado; su mano aún está extendida.


Estas dos desgracias te han alcanzado -¿quién se lamentará por ti?-, saqueo y ruina, hambre y espada; ¿quién te consolará?


Y vagará por el país, abatido y hambriento; por el hambre se desesperará y maldecirá a su rey y a su Dios. Levantará sus ojos a lo alto,


mirará hacia la tierra, y sólo habrá angustia, oscuridad, desolación y tinieblas, espesa lobreguez. Mas no (por siempre) las tinieblas sobre el que está en angustia.


Los estrellaré el uno contra el otro, los padres contra los hijos, dice el Señor. Sin piedad, sin misericordia, sin perdón, los aniquilaré'.


Le haré comer la carne de sus hijos y la de sus hijas, y se devorarán mutuamente en la extrema angustia del asedio y en medio de los apuros con que les estrujarán sus enemigos, los que buscan su muerte.


Las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos: ellos les sirvieron de comida en la ruina de la hija de mi pueblo.


Comerás, pero no quedarás satisfecho; el hambre por dentro te devorará. Lo que pongas aparte no podrás conservarlo, y lo que conserves yo lo entregaré a la espada.


Y dije: No os apacentaré más; la que haya de morir muera, y la que haya de perecer perezca, y las que queden que se coman unas a otras.


'¿Cómo puede ser que Satanás eche a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.


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