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Isaías 59:11 - Biblia Martin Nieto

11 Gruñimos todos como osos, gemimos como palomas, esperamos el derecho, pero ¡nada!; la justicia, y sigue lejos de nosotros.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Gruñimos como osos hambrientos; gemimos como el arrullo lastimero de las palomas. Buscamos la justicia, pero nunca llega; buscamos el rescate, pero está muy lejos de nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Todos nosotros gruñimos como osos y gemimos como palomas. Esperábamos que nos hicieran justicia, pero nada, o que llegara nuestra salvación, pero permanece lejos de nosotros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Gruñimos todos igual que osos, Y gemimos lastimosamente como palomas. Esperamos la justicia, pero no la hay; La salvación, pero está lejos de nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Gruñimos como los osos todos nosotros, y como las palomas sin cesar arrullamos. Esperábamos la justicia: y ¡nada!; la salvación: y está lejos de nosotros.

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Isaías 59:11
19 Tagairtí Cros  

Se acercan los que cruelmente me persiguen, los que están muy lejos de tu ley;


la salvación está lejos de los opresores, pues ellos no buscan tus decretos.


las espaldas me arden, no hay en mi cuerpo nada sano;


Oh Dios, escucha mi oración, no te ocultes cuando te suplico,


Voy a escuchar lo que Dios dice: 'El Señor anuncia la paz para su pueblo y sus amigos, con tal que a su locura no retornen'.


Pío como la golondrina, gimo como la paloma. Se consumen mis ojos de mirar a lo alto. Señor, en angustia estoy; sé tú mi valedor.


Tus hijos yacen extenuados por todas las esquinas de las calles, como una gacela en la red, llenos de la furia del Señor, de las amenazas de tu Dios.


Se ha desechado el derecho, y la justicia sigue al margen, pues la verdad tropieza en la misma plaza pública, y la honradez no tiene entrada.


No conocen la senda de la paz, no hay justicia en su camino; sólo se abren senderos tortuosos, e ignora la paz quien por ellos camina.


Por eso el derecho sigue lejos de nosotros y no nos alcanza la justicia. Esperamos la luz, y no hay más que tinieblas; la claridad, y andamos en la oscuridad.


Esperábamos la paz, y no ha llegado bien alguno; el tiempo de la curación, y he aquí el terror.


¡Quién me brindara en el desierto un albergue de ambulantes! Abandonaría entonces a mi pueblo; me alejaría de él, porque son todos adúlteros, una pandilla de traidores.


Me ha quitado la paz del alma, ya no sé qué es la dicha.


Los que escapen huirán a los montes y andarán allí gimiendo como las palomas de los valles, cada uno por sus pecados.


Y no claman a mí en su corazón cuando se lamentan en sus camas; se preocupan del trigo y del vino y se rebelan contra mí.


Se abren las puertas que dan al río, y en el palacio cunde el pánico.


Llevan cautiva a la reina con sus damas, que gimen como palomas y se golpean el pecho.


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