Isaías 51:4 - Biblia Martin Nieto

⁴ Estad atentos, pueblos; naciones, prestadme oídos, porque de mí viene la ley, y mi derecho será la luz de los pueblos.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁴ Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ «Escúchame, pueblo mío; óyeme, Israel, porque mi ley será proclamada y mi justicia llegará a ser una luz para las naciones.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ ¡Estadme atentos, pueblo mío, Prestadme oídos, nación mía!, Pues de mí sale la Ley, Y estableceré mi justicia para luz de los pueblos.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ Prestadme atención, pueblos, dadme oído, naciones: que de mí sale la enseñanza y mi derecho es luz de los pueblos.

Isaías 51:4 Tagairtí Cros

Salmos 106:5

para que vea la dicha de tus elegidos, me alegre con la alegría de tu pueblo y me enorgullezca con tu heredad.

Salmos 147:20

Esto no lo ha hecho con ningún otro pueblo, no les dio a conocer sus mandamientos. ¡Aleluya!

Salmos 33:12

Dichosa la nación que tiene al Señor por Dios, el pueblo que él se escogió por heredad.

Salmos 50:7

'Escucha, pueblo mío, voy a hablarte; Israel, voy a declarar en contra tuya, yo, Dios, tu Dios.

Salmos 78:1

Maskil de Asaf

Éxodo 19:6

vosotros seréis un reino de sacerdotes, un pueblo santo. Esto es lo que tienes que decir a los israelitas'.

Éxodo 33:13

Pero si de verdad he hallado gracia a tus ojos, dame a conocer tu camino, para que yo te conozca; así hallaré gracia a tus ojos. Considera que este pueblo es tu pueblo'.

Proverbios 6:23

Porque el precepto es una lámpara; la enseñanza, una luz; la corrección y la disciplina son el camino de la vida,

Isaías 1:27

Sión será redimida con el derecho, y sus convertidos con la justicia.

Isaías 2:3

vendrán muchos pueblos y dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Pues de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la palabra del Señor.

Isaías 26:2

¡Abrid las puertas, para que entre el pueblo justo, que ha guardado la lealtad!

Isaías 26:8

Sí, en el camino de tus juicios esperamos en ti, Señor; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

Isaías 33:22

se han aflojado sus amarras, no sostienen ya el mástil, ni ondean las enseñas.

Isaías 42:21

El Señor quiere, por amor a su justicia, engrandecer y magnificar la ley.

Isaías 42:6

Yo, el Señor, te he llamado para la justicia, te he tomado de la mano y te he formado, te he puesto como alianza del pueblo y luz de las naciones,

Isaías 49:6

y dice: Poca cosa es que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de nuevo a los supervivientes de Israel. Yo te he puesto como luz de las gentes, para que llegue mi salvación hasta los extremos de la tierra.

Isaías 55:3

Prestad oído y venid a mí; escuchad y vivirá vuestra alma. Haré con vosotros un pacto eterno, según la fiel promesa que hice a David.

Isaías 63:8

Él había dicho: Realmente son mi pueblo, hijos que no serán traidores. Y fue su salvador

Miqueas 4:2

acudirán numerosas naciones y dirán: 'Venid, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob; él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus senderos'. Pues la ley saldrá de Sión, y la palabra de Dios de Jerusalén.

Lucas 2:32

luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel'.

1 Corintios 9:21

con los que están sin ley, como quien está sin ella, para ganarlos, yo que no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo.

Deuteronomio 18:18

Yo les suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.

1 Pedro 2:9

Vosotros, por el contrario, sois linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las grandezas del que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa,