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Isaías 5:6 - Biblia Martin Nieto

6 Haré de ella un desierto; no será más podada ni escardada; toda será cardos y abrojos; y mandaré a las nubes que no dejen caer más lluvia sobre ella.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 La convertiré en un lugar silvestre donde no se podan las vides ni se remueve la tierra, un lugar cubierto de cardos y espinos. Ordenaré a las nubes que no dejen caer la lluvia sobre ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 derribaré el muro, y será pisoteada. Ya no la cuidaré en adelante, no se podará ni se limpiará más, sino que crecerán en ella la zarza y el espino, y les mandaré a las nubes que no dejen caer más lluvia sobre ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 La dejaré arrasada, no será podada ni labrada, Le crecerán las zarzas y los espinos Y a las nubes impondré mandato para que no lluevan sobre ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Haré de ella un erial: no se podará ni escardará, crecerán cardos y abrojos; mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.

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Isaías 5:6
32 Tagairtí Cros  

Elías, el tesbita, de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive el Señor, Dios de Israel, a cuyo servicio estoy!: en estos dos años no habrá lluvia ni rocío, mientras yo no lo diga'.


Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia por haber pecado contra ti, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten a causa de tu castigo,


¡en vez de grano broten en ella espinas, y en lugar de cebada, hierba hedionda!


y he aquí que eran todo ortigas, los cardos habían cubierto el suelo y el muro de piedras se había derrumbado.


No queda más que desolación en la ciudad; la puerta está hecha pedazos.


Él te dará la lluvia para la simiente que siembres en tu tierra; el pan, producto de tu campo, será pingüe y enjundioso; y tu ganado pastará aquel día en amplios pastizales.


Dentro de un año y unos días temblaréis, ¡oh confiadas!, porque se habrá acabado la vendimia y no habrá más recolección.


Pues tus escombros y tus ruinas y tu tierra devastada serán ahora demasiado estrechos para tus habitantes; tus destructores, en cambio, estarán lejos.


En lugar de zarzas crecerán cipreses, y en vez de ortigas nacerán mirtos. Y esto dará al Señor renombre, una señal eterna e imborrable.


Vendrán y se posarán en masa en los barrancos abruptos, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales y en todas las praderas.


Palabra del Señor, que fue dirigida a Jeremías con ocasión de la gran sequía.


¿Hay acaso entre los ídolos de las gentes quien pueda hacer llover? ¿Son los cielos los que dan la lluvia? ¿No eres tú solo, Señor? ¡Oh Dios nuestro, en ti esperamos, porque eres tú quien hace todo esto!'.


Todo este país será convertido en ruinas, en desolación, y permanecerán en esclavitud entre las naciones durante setenta años.


Esto dice el Señor: Le dirás: Lo que había construido, lo destruyo; lo que había plantado, lo arranco. Voy a herir a toda la tierra.


Ha destrozado su recinto semejante a un jardín, ha derruido el lugar de su reunión. El Señor ha hecho olvidar en Sión fiestas y sábados; ha desechado, en el ardor de su ira, a rey y sacerdotes.


Porque los israelitas permanecerán mucho tiempo sin rey, sin príncipe, sin sacrificios, sin estelas, sin efod y sin ídolos familiares.


Han escapado de la destrucción: Egipto los recogerá, Menfis los sepultará, sus tesoros de plata se llenarán de ortigas y en sus tiendas crecerán los cardos.


Ha devastado mi viñedo, ha destrozado mis higueras; lo ha pelado todo, lo ha tirado por tierra y sus ramas han quedado blancas.


También os negué la lluvia los tres meses antes de la siega, e hice llover sobre una ciudad y sobre otra no; en un campo llovió y otro campo se secó por falta de lluvia.


Caerán al filo de la espada, irán prisioneros a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos hasta que llegue a su fin el tiempo de los paganos'.


Y todas las naciones se preguntarán: ¿Por qué el Señor ha tratado así a esta tierra? ¿Por qué se encendió tanto su furor?


Ellos tienen poder para cerrar el cielo con el fin de que no llueva durante los días de su predicación; tienen asimismo poder sobre las aguas para cambiarlas en sangre, y poder para herir a la tierra con toda clase de plagas todas las veces que quieran.


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