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Isaías 5:26 - Biblia Martin Nieto

26 Hace señal a un pueblo lejano, con silbido le llama desde el extremo de la tierra; mirad, ya se acerca veloz.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Él enviará una señal a las naciones lejanas y llamará con un silbido a los que están en los confines de la tierra; ellos irán corriendo a Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Le hace señas a una nación lejana y le pega un silbido desde el fin del mundo; ella ligerito llega con rapidez.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Alzará pendón a un pueblo lejano; Silbará hacia el extremo de la tierra: ¡Mirad cuán rápida y velozmente viene!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Alzará una enseña a un pueblo lejano, le silbará desde el extremo de la tierra; mirad: llega rápido, ligero;

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Isaías 5:26
23 Tagairtí Cros  

has sacudido la tierra, la has rajado, sana sus grietas, pues se tambalea;


dominará de mar a mar, desde el río hasta los límites del mundo;


¿Qué vais a hacer el día de la invasión y de la catástrofe que se acerca de lejos? ¿A quién acudiréis para lograr socorro? ¿Dónde dejaréis vuestras riquezas?


Izará una enseña para las naciones y reunirá a los dispersos de Israel; a los prófugos de Judá convocará de los cuatro extremos de la tierra;


Izad una enseña sobre un monte pelado, lanzad gritos hacia ellos, indicad con la mano que entren por las puertas de los nobles.


He dado órdenes a mis santos guerreros; he llamado a los agentes de mi cólera, a mis gloriosos campeones.


Clamor de multitudes en los montes, como de pueblo innumerable; ruido de tumulto de reinos, de pueblos aliados. El Señor omnipotente pasa revista a sus fuerzas de guerra.


Vienen de países lejanos, de los confines del cielo, el Señor y los instrumentos de su cólera a devastar toda la tierra.


Habitantes todos del orbe, pobladores de la tierra, cuando se alce la señal en los montes, mirad; cuando suene la trompeta, escuchad.


y habéis dicho: -¡No! ¡Huiremos a caballo! -¡Pues bien, huid! -Cabalgaremos en veloces corceles. -¡Pues bien, perseguidos seréis por pies veloces!


De terror se desvanecerá su roca, y sus jefes, espantados, desertarán de su bandera, dice el Señor, que en Sión tiene su fuego, y su horno en Jerusalén.


Entonces el profeta Isaías fue a decir al rey Ezequías: '¿Qué te han dicho esos hombres? ¿De dónde han venido?'. Ezequías respondió: 'Han venido de un país lejano, de Babilonia'.


Aquel día el Señor llamará con silbido al tábano del extremo del río de Egipto y a la avispa de la tierra de Asiria.


Helo aquí que avanza como una nube, sus carros semejan al huracán, más veloces que las águilas sus caballos. ¡Ay de nosotros, estamos perdidos!


Yo haré venir sobre vosotros una nación de muy lejos, oh casa de Israel -dice el Señor-; una nación invencible, una nación muy antigua, una nación cuya lengua desconoces y cuyo hablar no comprendes.


Alzad bandera por la tierra, tocad la trompeta entre las naciones, preparad pueblos contra ella, convocad contra ella a los reinos de Ararat, Miní y Asquenaz; enviad contra ella el oficial de reclutamiento, lanzad los caballos como nube de langostas erizadas.


Nuestros perseguidores eran más veloces que las águilas del cielo; por los montes nos acosaban, en el desierto nos tendían emboscadas.


Esto dice el Señor Dios: Tú eres aquel de quien yo hablé antaño por medio de mis siervos los profetas de Israel, que profetizaron en aquella época prediciendo que yo te haría venir contra ellos.


Corren como valientes, como guerreros escalan las murallas; cada uno marcha por su camino, no se desvían de su ruta.


Más veloces que leopardos sus caballos, más feroces que lobos nocturnos; sus jinetes llegan al galope, vienen volando de lejos sus jinetes, como águila que cae en picado sobre la presa.


Daré un silbido y los reuniré porque yo los he rescatado y los haré tan numerosos como antes.


Porque desde oriente a occidente mi nombre es grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura. Porque mi nombre es grande entre las naciones -dice el Señor todopoderoso-,


El Señor hará venir contra ti un pueblo lejano, desde los confines de la tierra, veloz como el águila, de lengua desconocida para ti;


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