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Isaías 36:7 - Biblia Martin Nieto

7 Acaso me diréis: Nosotros confiamos en el Señor, nuestro Dios; pero ¿no es ése precisamente el Dios cuyas colinas y cuyos altares suprimió Ezequías, ordenando a Judá y a Jerusalén: Sólo ante este altar os debéis prosternar?

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es este aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Tal vez me digas: “¡Confiamos en el Señor nuestro Dios!”; pero ¿no es él a quien Ezequías insultó? ¿Acaso no fue Ezequías quien derribó sus santuarios y altares, e hizo que todos en Judá y en Jerusalén adoraran solo en el altar que hay aquí, en Jerusalén?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 No es cierto, porque nosotros solamente hemos confiado en Yavé; pero, ¿no son justamente sus altares y sus lugares altos los que ha suprimido Ezequías, diciéndole a la gente de Judá y Jerusalén: 'Ustedes deben agacharse únicamente delante de este altar'?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y si me replicas: En YHVH nuestro Dios confiamos ¿no es éste acaso el mismo cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías exigiendo a Judá y a Jerusalem que se postraran solamente ante ese altar?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Pero si me dices: 'Nosotros confiamos en Yahveh, nuestro Dios', ¿no ha suprimido Ezequías sus lugares altos y sus altares, ordenando a Judá y a Jerusalén: 'Sólo ante este altar, en Jerusalén os postraréis?'.

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Isaías 36:7
15 Tagairtí Cros  

Y si me decís: Confiamos en el Señor, nuestro Dios, ¿no es aquel cuyas colinas y cuyos altares ha suprimido Ezequías, diciendo a Judá y a Jerusalén: Sólo debéis postraros ante este altar en Jerusalén?


Dios vino en su ayuda contra aquéllos, y los agareos y todos sus aliados cayeron en sus manos, pues en medio del combate invocaron el nombre de Dios, que escuchó su clamor por haber puesto en él su confianza.


Destruyeron los altares que había en Jerusalén para los sacrificios y para el incienso y los tiraron al torrente Cedrón.


Cuando todo acabó, los israelitas que habían estado presentes recorrieron las ciudades de Judá destruyendo los cipos sagrados, las imágenes de Aserá, los lugares de culto de las colinas y los altares en todo Judá, Benjamín, Efraín y Manasés hasta su extinción total. Luego regresaron a sus ciudades, cada uno a su propiedad.


¿No ha sido Ezequías quien ha destruido las colinas y sus altares y ha dicho a Judá y a Jerusalén que se postren sólo ante un altar y sólo en él quemen incienso?


Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta.


Ahora, pues, haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: yo te daré dos mil caballos si logras encontrar otros tantos jinetes.


El espiritual, por el contrario, lo juzga todo, y a él nadie le juzga.


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