Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 32:15 - Biblia Martin Nieto

15 Hasta que sobre nosotros se derrame el espíritu venido de lo alto: entonces el desierto se trocará en vergel y el vergel se cambiará en selva.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por bosque.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

15 hasta que al fin se derrame el Espíritu sobre nosotros desde el cielo. Entonces el desierto se convertirá en campo fértil, y el campo fértil dará cosechas abundantes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Pero sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará en vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

15 Hasta que se derrame sobre nosotros un hálito° de lo alto, Y el desierto se convierta en un vergel, Y el vergel se cuente como bosque.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Cuando se derrame sobre nosotros el espíritu de lo alto, el desierto será un vergel, y el vergel parecerá un bosque:

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 32:15
29 Tagairtí Cros  

si envías tu soplo, son creados, y renuevas la faz de la tierra.


Él convierte los ríos en desierto, las fuentes de agua en tierra seca;


Él convierte los desiertos en lagunas y la tierra seca en manantiales.


Convertíos a mis exhortaciones; he aquí que yo derramaré sobre vosotros mi espíritu; yo os haré conocer mis palabras.


espíritu de justicia para el que se sienta a juzgar, y espíritu de fortaleza para el que rechaza a los que asaltan la puerta.


Sí, dentro de poco tiempo el Líbano se volverá un vergel, y el vergel se convertirá en selva.


la tierra ardiente se trocará en estanque, el suelo sediento en hontanar de aguas; y el cubil donde yacían los chacales se volverá verdor de cañas y de juncos.


porque yo derramaré agua en el suelo sediento, y torrentes en la tierra reseca: infundiré mi espíritu en tu raza y mi bendición en tu posteridad.


¡Derramad, cielos, el rocío, y lluevan las nubes la victoria! Ábrase la tierra y produzca la salvación; brote también la justicia: yo, el Señor, lo he creado.


En occidente se temerá el nombre del Señor, y en oriente su gloria; porque vendrá como un torrente impetuoso, empujado por el soplo del Señor.


En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre.


Ellos se acordaron de los días de antaño, de su siervo Moisés. ¿Dónde está aquel que sacó del mar al pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso dentro de él su santo espíritu?;


Infundiré en vosotros mi espíritu y reviviréis; os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago', dice el Señor.


No les volveré más la espalda, pues derramaré mi espíritu sobre la casa de Israel, dice el Señor Dios.


Pero entonces infundiré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de buena voluntad y de súplica. Volverán sus ojos hacia el que traspasaron con la espada y harán luto por él como por un hijo único. Y llorarán por Jerusalén como se llora por el primogénito.


Sabed que voy a enviar lo que os ha prometido mi Padre. Por vuestra parte quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza de lo alto'.


Eso lo dijo refiriéndose al Espíritu que habrían de recibir los que creyeran en él. Pues aún no había Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado.


Exaltado, pues, por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo, objeto de la promesa, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.


¡cuánto más glorioso no será el ministerio del espíritu!


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí