Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Isaías 25:2 - Biblia Martin Nieto

2 Porque has convertido la ciudad en un montón de escombros, la villa fortificada en una ruina; la ciudadela de los orgullosos ya no es una ciudad, y no será jamás reconstruida.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Tú conviertes ciudades poderosas en montones de ruinas; ciudades con murallas fuertes se convierten en escombros. Hermosos palacios en tierras lejanas desaparecen y jamás serán reconstruidos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Has hecho de la ciudad un montón de escombros, y de la fortaleza una ruina; el bastión de los extranjeros ya no es una ciudad, y nadie la reconstruirá.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

2 Convertiste la ciudad en escombros, Y la plaza fuerte en ruinas, Y el palacio de los extranjeros en algo que nunca será reedificado.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 pues hiciste de la ciudad una escombrera, de la villa fortificada un derribo, de la ciudadela de los insolentes una no-ciudad, que jamás será reconstruida.

Féach an chaibidil Cóip




Isaías 25:2
24 Tagairtí Cros  

Si él destruye, nadie podrá reconstruir; si encierra a alguno, nadie le abrirá.


No será más poblada ni habitada al paso de las generaciones; el árabe no alzará allí su tienda, ni el pastor apacentará su ganado.


Las fieras del desierto vagarán por allí, los búhos llenarán sus casas, habitarán allí las avestruces y brincarán los sátiros.


Las hienas aullarán en sus torres vacías, en sus lujosos palacios los chacales. Su hora está cercana, no se alargarán sus días.


La convertiré en dominio de erizos, en lagunas, y la barreré con la escoba de la devastación -oráculo del Señor omnipotente-.


Oráculo contra Damasco: Mirad, Damasco dejará de ser ciudad, se trocará en montón de ruinas.


Desaparecerán los fortines de Efraín, el reino de Damasco; y el residuo de Siria quedará como la gloria de los israelitas -oráculo del Señor omnipotente.


Y he visto llegar caballería, una pareja de caballeros. Me han hablado, me han dicho: ¡Ha caído, ha caído Babilonia, y todas las estatuas de sus ídolos están en tierra hechas pedazos!


El Señor ha extendido su mano sobre el mar para aplastar sus reinos; ha dado órdenes sobre Canaán de destruir sus fortalezas.


He aquí una tierra de caldeos: no eran un pueblo: Asiria la fundó para las bestias del desierto. Han levantado torres de asedio, han demolido sus palacios, la han convertido en montón de ruinas.


En ruinas está la ciudad del vacío, cerrada la entrada en toda casa.


Tus murallas, altivas y soberbias, las destruye, las abate; por tierra las derriba.


Sí, él ha humillado a los que habitaban en lo alto; ha abatido la ciudadela escarpada, la ha abatido a tierra, la ha derribado en el polvo:


Pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, como morada abandonada, desolada igual que un desierto; allí pasta el becerro, allí se tumba y come la maleza.


Pues el palacio está desierto, el bullicio de la ciudad ha enmudecido, el Ofel y la torre de guardia se han convertido para siempre en cavernas, en solaz de los asnos salvajes y pasto de los rebaños.


(Como granizo, el bosque se derrumbará, y la ciudad se hundirá totalmente).


Espinas crecerán en sus palacios, cardos y abrojos en sus fortalezas, será una guarida de chacales, morada de avestruces.


¿Lo oyes bien? Desde hace mucho he preparado esto; desde tiempos lejanos lo he trazado, y ahora lo ejecuto: tú tenías que convertir las ciudades fortificadas en un montón de ruinas.


No se volverá a sacar de ti piedra angular ni piedra de cimiento, pues quedarás como desolación perpetua -dice el Señor-.


¿Qué sabio hay que comprenda esto? ¿A quién se lo ha dicho la boca del Señor? Que lo publique, ¿por qué el país está perdido, abrasado como el desierto, por donde nadie pasa?


pasarás al filo de la espada a todos los habitantes de aquella ciudad, la darás al exterminio a ella y a todo lo que hay en ella.


Y echándose polvo en sus cabezas, gritaban; y llorando y lamentándose, decían: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que con su opulencia enriqueció a cuantos tenían naves en el mar, y en un momento ha sido desolada!


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí