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Isaías 21:8 - Biblia Martin Nieto

8 El centinela ha gritado: En la atalaya, Señor, estoy alerta todo el día; en mi puesto de guardia estoy en pie toda la noche.

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Biblia Reina Valera 1960

8 y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Luego el centinela gritó: «Día tras día me he mantenido de pie sobre la torre de vigilancia, mi señor; noche tras noche he permanecido en mi puesto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 El vigía exclamó: 'En lo alto de la torre, mi señor, estoy de pie todo el día, y en mi puesto de guardia permanezco alerta toda la noche.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Entonces clamó:° ¡Oh Adonay, sobre la atalaya estoy de pie continuamente de día, Y en mi guardia sigo erguido toda la noche!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Gritó como un león: 'En la atalaya, Señor, estoy en pie, a lo largo del día; en mi puesto de guardia estoy apostado las noches enteras.

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Isaías 21:8
12 Tagairtí Cros  

Cuando los de Judá llegaron a la cima que domina el desierto y volvieron sus ojos hacia la multitud, no vieron más que cadáveres tendidos en tierra. No se había salvado ni uno.


Canción de las subidas. De Salomón


me saciaré como en banquete espléndido, mi boca te alabará con labios jubilosos.


Su rugido es como el de un león; ruge como los cachorros; gruñe, agarra la presa, la lleva y nadie se la quita.


Nuestros guardianes están todos ciegos, no comprenden nada; son todos perros mudos, que no saben ladrar; siempre tumbados, sólo dormir les gusta.


Sobre tus murallas, Jerusalén, he apostado centinelas, para que ni de día ni de noche se callen nunca. Vosotros, los que rendís memoria al Señor, no os concedáis reposo.


El león ha abandonado su guarida, su tierra se ha convertido en un desierto ante la espada destructora, ante el ardor de la ira del Señor.


De su espesura se abalanza el león, el destructor de naciones se pone en marcha, abandona su morada para reducir tu país a un desierto; tus ciudades serán arrasadas, despobladas.


Como un león que sube de la espesura del Jordán a un pasto de perenne verdor, así, en un instante, los haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me pueda hacer frente?


Como un león que sube de la espesura del Jordán a una pradera de perenne verdor, así, en un instante, les haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me puede hacer frente?


¡Sed sobrios y estad en guardia!. Vuestro enemigo el diablo como león rugiente da vueltas y busca a quién devorar.


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