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Hechos 9:32 - Biblia Martin Nieto

32 Pedro, que lo recorría todo, fue también a visitar a los fieles de Lida.

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Biblia Reina Valera 1960

32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Mientras tanto, Pedro viajaba de un lugar a otro, y descendió a visitar a los creyentes de la ciudad de Lida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Pedro, que recorría todos los lugares, fue también a visitar a los santos que vivían en Lida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Pasando Pedro por todos los lugares, aconteció que también fue° a los santos que viven en Lida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Pedro, que recorría todos aquellos lugares, llegó hasta los fieles que habitaban en Lida.

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Hechos 9:32
18 Tagairtí Cros  

Hijos de Elpáal: Héber, Misán y Semed, que fundó Onó y Lod con sus aldeas.


de Lod, Jadid y Onó, setecientos veinticinco;


Lod y Onó y el valle de los Artesanos.


de Lod, Jadid y Onó: setecientos veinticinco;


Ellos, en cambio, veneran a los dioses que hay aquí en la tierra, malditos los que en ellos se complacen.


Él protege a los que practican la justicia, vigila el camino de sus fieles.


se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de santos que estaban muertos resucitaron


pero recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros para que seáis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines de la tierra'.


y lo hice, en efecto, en Jerusalén; con la autorización de los sumos sacerdotes, metí en la cárcel a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte.


Los apóstoles, que estaban en Jerusalén, al saber que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan;


Ellos, después de haber dado testimonio y haber predicado la palabra del Señor, se volvieron a Jerusalén, evangelizando muchas aldeas de los samaritanos.


Ananías respondió: 'Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y decir todo el mal que ha hecho a tus fieles en Jerusalén.


Allí encontró a un tal Eneas, paralítico, postrado en una camilla desde hacía ocho años.


Pedro le dio la mano y la levantó. Llamó a los fieles y a las viudas y se la presentó viva.


A todos los que estáis en Roma, predilectos de Dios, llamados y consagrados, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.


Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, a los consagrados y fieles de Cristo Jesús.


Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los cristianos que viven en Filipos con sus obispos y diáconos.


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