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Hechos 27:41 - Biblia Martin Nieto

41 Pero fueron a dar a un lugar azotado por una doble corriente, y el barco encalló; la proa, hincada, quedó inmóvil, mientras que la popa se deshacía por la violencia de las olas.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

41 Pero dando en un lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 pero chocaron contra un banco de arena y el barco encalló demasiado rápido. La proa del barco se clavó en la arena, mientras que la popa fue golpeada repetidas veces por la fuerza de las olas y comenzó a hacerse pedazos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Pero chocaron contra un banco de arena y el barco quedó encallado: la proa se clavó y quedó inmóvil, mientras la popa se iba destrozando por los golpes violentos de las olas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Pero cayendo en un lugar de corrientes cruzadas,° encallaron la nave; y la proa, al clavarse, quedó inmóvil, pero la popa se abría por la violencia.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Toparon con un lugar con mar a los dos costados y lanzaron la nave, cuya proa encalló y quedó inmóvil, mientras la popa se deshacía por la violencia del oleaje.

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Hechos 27:41
11 Tagairtí Cros  

En Edón entonces no había rey; un gobernador hacía de tal.


Eliezer, hijo de Dodayas de Maresá, profetizó contra Josafat: 'Por haberte aliado con Ocozías, el Señor destruirá tu obra'. Las naves se destrozaron y no pudieron partir para Tarsis.


A alta mar te condujeron tus remeros. Y el viento de levante te destrozó en el corazón de los mares.


Mas ahora has sido tragada por las olas en lo profundo del mar; tus mercancías y tus hombres todos se fueron a pique contigo.


una vez izado a bordo, reforzaron con cables el casco del barco y así nos dejamos llevar del viento con el áncora suelta, por temor a chocar contra la Sirte.


Los marineros intentaron abandonar el barco y arriaron el bote salvavidas con el pretexto de que iban a dar cable a las anclas de proa.


Soltaron las anclas y las dejaron caer al mar, aflojando a la vez las ataduras de los timones. Izaron al viento la vela de proa y se dirigieron hacia la playa.


Los soldados decidieron matar a los presos para que no se escapase ninguno nadando.


Por esto, queridos hermanos, manteneos firmes, inconmovibles, trabajando más y más en la obra del Señor, sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo.


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